Para orar cada día: Lunes
14ª Semana del Tiempo Ordinario
4 de julio de 2022. Festividad de santa Isabel de Portugal
Tu fe te ha salvado
Mateo 9, 18-26
En aquel tiempo, Jesús les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante Él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá». Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto. Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré». Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Ánimo!, hija, tu fe te ha salvado». Y se salvó la mujer desde aquel momento.
Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando, decía: «¡Retiraos! La muchacha no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Mas, echada fuera la gente, entró Él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó. Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.
Comentario
Un hombre aplastado por el dolor, se acerca a Jesús con una confianza sorprendente para pedirle que le devuelva la salud a su hija, que acaba de morir. Todavía no se sabía que Jesús hubiera resucitado a ningún muerto, por eso la fe de este hombre es una fe en lo imposible.
Jesús -nos dice Mateo- se levantó y lo siguió con sus discípulos”. Hemos de detenernos en los sentimientos del Señor. Qué nos sugiere su actitud.
El evangelio de hoy nos presenta otra persona que muestra tener también una fe inquebrantable: una mujer que padecía hemorragias. La fe mueve montañas y sobre todo cambia nuestro corazón y da vida, vida nueva.
Normalmente tenemos poca fe en la fe, tenemos poca fe en Dios. En muchas ocasiones acudimos a Dios, después de haber llamado a muchas puertas, nos presentamos ante Dios como último recurso... con poca confianza.
La gente se reía de Jesús cuando les dijo que la niña estaba viva. Nosotros, a veces, nos reímos de aquellos que se salen de nuestros esquemas.
Vemos que en el evangelio son muy importantes los gestos: la mujer con flujo de sangre tocó el manto de Jesús y quedó curada. Jesús cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. Los gestos de Jesús son también palabras.
Pregunta para reflexionar
¿Tengo yo la misma fe como como la mujer del evangelio cuando me acerco a Él? ¿Creo yo realmente que Él me puede curar?
Oración
Señor, creo, pero a veces dudo. Aumenta mi fe.
Gracias por todas las personas se fían de ti.
Danos fe para creer en lo que parece imposible.

Concepcionistas de Viveiro
Comunidad de las Madres Concepcionistas Franciscanas de Viveiro