Amancio Moure: «Un diácono no es un sustituto del sacerdote»

El pasado martes, los sacerdotes diocesanos tuvieron un encuentro sacerdotal en el que trataron la figura del diaconado. Les acompañó en su reflexión Amancio Moure, diácono permanente que ejerce su ministerio en la diócesis de Ourense. Está casado y trabaja como profesor de Religión. Nos acercamos a él para conocerlo de cerca y aproximarnos a la figura del diácono permanente.

La figura del diácono puede resultar desconocida para la mayoría de nuestra Iglesia. En pocas palabras, ¿qué es un diácono permanente?
Es una persona que recibe el sacramento del orden, que se consagra a Dios para la tarea del servicio. Esta persona se consagra de forma permanente a Dios y la Iglesia dentro del grado de los diáconos. Dicho varón lo puede hacer de forma célibe o estando casado, según los requisitos de la Iglesia.

¿El diaconado permanente resuelve la crisis de vocaciones para el sacerdocio que hoy se vive en la Iglesia?
El diaconado como institución no está llamada a ser una solución para resolver la crisis de vocaciones sacerdotales. Un diácono tiene un carisma y un ministerio diferente en esencia al de un sacerdote. Por lo tanto, un diácono permanente no es ni debe entenderse como un sustituto de un sacerdote. Son realidades y carismas complementarios, no sustitutivos.

¿Cuáles son las funciones fundamentales que realiza un diácono permanente?
El elemento clave para comprender las funciones que realiza un diácono es entender que representa en la Iglesia la imagen de Cristo siervo. Brevemente se puede indicar que las funciones principales de diácono estarían ligadas a la Palabra de Dios, la liturgia y la caridad. Así podemos indicar: “Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1570).

Si el diaconado permanente es una vocación, ¿qué significa eso?
El diaconado permanente como vocación significa que el Señor llama una persona a seguirle de una manera especial. Es la llamada a consagrase a él y a comprometerse plenamente en la Iglesia desde el servicio y la caridad. Implica un proceso de discernimiento y formación.

Si alguien descubre que puede tener vocación de diácono permanente, ¿qué tendría que hacer?
Si una persona descubre que puede tener vocación al diaconado permanente debería ponerse en contacto con confianza y naturalidad o bien con su párroco, o bien con la vicaría para la Sinodalidad del obispado de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Todo proceso vocacional necesita un discernimiento y un acompañamiento espiritual adecuado.

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