Querido conselleiro y representantes de la Xunta de Galicia;
Querido presidente de la Fundación Endesa y representantes de esta fundación;
querido señor alcalde y concelleiros;
cabildo de la catedral;
queridos amigos y vecinos de esta ilustre ciudad de Mondoñedo:
Es para mí un motivo de profunda alegría y gratitud el poder compartir con todos ustedes este momento tan especial que tanto he deseado: la inauguración de la nueva iluminación de nuestra querida catedral-basílica de la Asunción. Como sabéis, a lo largo de la historia, el cabildo de esta xatedral y los diferentes obispos que se han sentado en esta cátedra se han empeñado por la conservación, mejora y embellecimiento de este edificio que es el “templo madre de esta diócesis de Mondoñedo-Ferrol”. Hoy, siguiendo esta estela milenaria en la que han contribuido eclesiásticos, instituciones públicas y privadas, anónimos fieles y bienhechores, este templo solemne se viste de una luz renovada, mucho más segura y eficiente, que nos permite conseguir un ambiente más acorde con la significatividad de este templo y descubrirle también en sus bellezas marcadas por la sencillez de nuestra tierra.
La protagonista hoy es la luz. Una luz que siempre ha sido cuidada y que cobró diferentes significados en función de los distintos periodos artísticos que se fueron superponiendo en esta catedral… Si para el románico en el que empieza esta basílica la luz nos lleva a la intimidad, en el gótico y en el barroco en el que se concluyen, la luz nos lleva a la exaltación y a elevar nuestra mirada hacia la plenitud. Porque la luz no es meramente un instrumento, es una percepción que nos emociona, que nos permite hablar, mirar, que nos invita a la reflexión y que nos conecta con lo más profundo de nuestra fe.
Estamos en un tiempo privilegiado del calendario litúrgico: la Pascua. Y la Pascua es, por excelencia, la fiesta de la Luz. Así nos lo recuerda el cirio pascual que preside el presbiterio. Desde la Vigilia Pascual, con la bendición del fuego, símbolo de Cristo Resucitado que se nos ofrece como la Luz del mundo. Bien podemos decir que cada día de esta cincuentena pascual, la luz es protagonista. Es la luz que disipa las tinieblas del pecado y de la muerte, la luz que ilumina el camino de la esperanza, la luz que nos revela la presencia viva del Señor entre nosotros.
Esta nueva iluminación de nuestra catedral no es solo una mejora estética o técnica, que lo es, y muy significativa. Es mucho más. Es un signo visible de la luz de Cristo que sigue brillando en el corazón de nuestra diócesis. Es una invitación a que, al contemplar la belleza de este templo iluminado, recordemos que nosotros mismos estamos llamados a ser «luz del mundo», a llevar esa luz de Cristo a cada rincón de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestras comunidades.
Que esta luz exterior, que ahora realza cada piedra, cada capitel, cada elemento arquitectónico de nuestra catedral, nos inspire a avivar la luz interior de nuestra fe. Que ilumine nuestros pasos, conforte nuestros corazones y nos impulse a vivir con la alegría del Evangelio, especialmente en estos tiempos que nos llaman a ser faros de esperanza.
El gran Álvaro Cunqueiro, que con su palabra, con su prosa y poesía, iluminó también la vida y los misterios de Galicia, especialmente de nuestra tierra mindoniense, sin duda estaría hoy muy satisfecho viendo esta obra que inauguramos. Él, que tan bien conoció y amó cada rincón de esta catedral, cada sombra y cada rayo de sol que se colaba por sus ventanales, seguramente vería en esta nueva luz una metáfora de la belleza que siempre buscó y encontró en lo cotidiano y en lo trascendente. Seguramente, al ver esta luz nueva sobre su catedral, recordaría que ‘hay que ponerle al mundo ojos nuevos cada día’. Esta iluminación es, en cierto modo, una forma de ponerle «ojos nuevos» a nuestra milenaria fe.
Mi más sincero agradecimiento a todas las instituciones, personas y empresas que han hecho posible este proyecto. Un GRACIAS muy grande y muy sincero a la Fundación Endesa que, desde el primer momento acogió nuestra petición y apoyó nuestro proyecto. Gracias por su generosidad, gracias por su apuesta en esta sencilla catedral que le honra en su opción por este proyecto. Sin duda es fruto de su responsabilidad social corporativa que tiene en la Central de As Pontes un punto importante.
Gracias también a la Xunta de Galicia por su apoyo que complementa esta iniciativa que se hubiera quedado inacabada sin su valioso apoyo. Expresa así la urgente colaboración público privada en el mantenimiento y conservación de nuestro patrimonio que es herencia de nuestros mayores, que se ofrece al conjunto de la sociedad y que se convierte en un pilar fundamental para el desarrollo de nuestro mundo rural despoblado. Sigamos caminando en esta línea.
Que el Señor los bendiga por su generosidad y por su amor a nuestra Iglesia y a nuestra Catedral.
Que la Virgen de la Asunción, patrona de este venerable templo, siga intercediendo por todos nosotros. Y que la luz de Cristo Resucitado ilumine siempre vuestros corazones.
Muchas gracias.
Catedral de Mondoñedo, miércoles 28 de mayo de 2025