El Cristo de los Franceses y el Ecce Homo de la Misericordia de Viveiro

Dice la canción de Viveiro: “Boga, boga mariñeiro, imos pra Viveiro, xa se ve San Roque”. En Celeiro se versionaba “Xa se ve a Pena da Alba (Penalba)”. Cuando los peregrinos, los templarios, la Orden de San Juan de Jerusalén, arribaban a tierra Santa en el puerto de Haifa, o en su próximo de Acre, lo primero que atisbaban era “el monte Carmelo”.

Sobre este monte, la comunidad de carmelitas (Ordo Fratrum Beatissimæ Virginis Mariæ de Monte Carmelo), y probablemente previas comunidades de ermitaños, señalizaron el lugar con una cruz. Esa será “la Estrella de la Mañana”, el faro que guiaría a tantos marinos, donde se ubicaría el primer santuario dedicado a la Virgen del Carmen, y donde la tradición de la Virgen del Carmen y la cruz se unen en una misma devoción de los marineros. De este modo, los emblemas de los carmelitas portarán el monte, las estrellas y la cruz.

La presencia de cristos y su devoción en puertos y santuarios ligados con la navegación, con Flandes e incluso con América, presentan un primer momento de devoción de la gente del mar, previa a la advocación del Carmen, en la honra a cristos y eccehomos.

El Ecce Homo de la Misericordia de Viveiro, es una antiquísima imagen, que parece ser, se pudo haber incorporado a un santuario renacentista vivariense ligado a la tradición franciscana de “la Misericordia” y representada en una Virgen María. En el caso cercano de San Juan de Espasante, existió una capilla de “la misericordia”. También en Espasante el sabor es propiamente franciscano, con otra capilla dedicada a san Antonio de Padua y con la presencia en imaginería del propio san Roque.

Ningún barco se hace a la mar sin enfilar primeramente la proa y pequeña navegación hacia la capilla de la Misericordia. Su relación con el mundo del mar manifiesta claramente la navegación en época de Carlos V y los Austrias, desde el puerto de Viveiro hasta sus territorios en Flandes. El intercambio de mercancías y especialmente de los llamados “lienzos de Vivero”, constituía un importante baluarte de la economía de la época.

Por otra parte, el almacenaje y producción de las materias primas de los mismos tejidos había provocado varios incendios de consecuencias nefastas en la antigua villa. En ese entonces la relación de los puertos del norte con Inglaterra, los Países Bajos, Francia, y luego con América, nos acercan datos sobre la llegada de imágenes de esos países, que especialmente ante los acontecimientos de la implantación del protestantismo, transportarán muchas imágenes procedentes de Europa para su rescate o comercio. Por este motivo, nuestra diócesis cuenta con imágenes que llegaron desde esos países por el mar en esos momentos: la Virgen de Valdeflores, la Virgen Inglesa de la catedral mindoniense, el Cristo de las Cadenas de Neda…, y muchas veces ligadas a militares capitanes de la infantería.

Al mismo tiempo, la capitalidad de Valladolid y la relación comercial, ligada a familias de hidalgos de los diferentes linajes de las villas del norte, emparentados o con fuerte presencia en la ciudad castellana, va a hacer que algunos autores, imágenes, influencias artísticas… jueguen un papel importante en nuestra zona en los siglos XV, XVI y XVII.

La antigüedad de las dos imágenes vivarienses a las que nos referimos impide encontrar datos de autorías y espacios concretos de origen, pero el contexto de puerto y la época nos llevan a pensar alguna posibilidad de lo que nos hemos referido anteriormente.

El Cristo de los Franceses ubicado en la Orden Tercera de Viveiro, fue un Cristo de crucifijo, readaptado posteriormente a Ecce Homo. Va siempre ligado a que a él rezaron los vivarienses durante el asedio de los franceses, que en nuestro caso, sucedió en febrero de 1809.

El Ecce Homo de la Misericordia presenta una postura que claramente nos está refiriendo que esa talla se realizó para ser vista desde abajo. Es probable que su emplazamiento original fuese en lo alto de algún retablo u hornacina.

En el año 2006 nace la Cofradía de la Misericordia de Viveiro, desde la inquietud de los jóvenes, con un fuerte respaldo de la devoción de las gentes del mar.

Encontramos la devoción de “las Tres Gracias” en otros santuarios como Pontevedra, a la luz de la evangelización de franciscanos y dominicos. Fueron las órdenes mendicantes (las de predicadores) las que instauraron esta tradición que en Viveiro va ligada a un puente que se cruzaba desde la villa y que precisamente lleva el nombre de “Puente de la Misericordia”.

Como cada primer viernes de marzo, este es su día, y en la capilla (de 1603) de lo que fue el Pazo de Rodrigo Alonso de Alfeirán, acogerá las celebraciones de los fieles. Del mismo modo la Orden Tercera honrará en al Cristo de los Franceses que procesiona desde principios del siglo XIX en la tarde del domingo de Ramos.


Actos en Viveiro

Para el viernes 3 de marzo, en la Capilla de la Misericordia, se celebrará la fiesta de Las Tres Gracias, con eucaristías a las 9, 12, 17, 19 y 21:00 horas. La capilla permanecerá abierta de 8:30 a 22:00 horas.

En la iglesia de San Francisco, parroquia de Santiago, se celebrará una eucaristía solemne a las 20:00 horas en honor al Ecce Homo «de los franceses».

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