Homenaje en Valdoviño al sacerdote Manuel Grandal: «No olvidaremos su trabajo y su inmenso legado»

Feligreses de las parroquias de Valdoviño, Pantín, Loira y Vilaboa se reunieron para rendir un homenaje a Manuel Grandal Gómez, párroco en la zona desde hace casi tres décadas y que ahora, con 88 años, se jubila. El acto incluyó una eucaristía, presidida por el obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñano, quien ensalzó «su gran labor pastoral, a lo largo de su dilatada vida vocacional en su sacerdocio».

Los organizadores de este homenaje que tuvo lugar el domingo, 1 de octubre, repasaron la vida de Grandal Gómez, «desde la infancia con sus padres y hermanos hasta la ordenación sacerdotal, sus primeros pasos como profesor en el Seminario de Mondoñedo, donde realizó sus estudió y fue administrador», como explica Eduardo Vázquez Vidal, allegado y amigo del cura.

En el mensaje que leyó Mar Gutiérrez, una de las colaboradoras del párroco, constató «el pesar» de las cuatro comunidades parroquiales por el fin de esta etapa. «¡Cómo olvidar su trabajo y su legado, difícil de enumerar!», remarcó. Citó las «preciosas celebraciones» en bautizos, primeras comuniones o confirmaciones, «emotivas y participativas; y las de Navidad, «con implicación de familias y niños», o Semana Santa. Aludió a la catequesis, «con una fiesta al inicio y un detalle para los niños al finalizar el curso», o los carteles que el propio cura diseñaba; y la fiesta del perdón, previa a la primera comunión. También se refirió a la colecta de la Infancia Misionera, las excursiones de fin de curso, la ruta de los belenes, las convivencias y la motivación constante de los feligreses para «participar en todo tipo de actividades, diocesanas, arciprestales o parroquiales». «Sin olvidar su implicación en las marchas vocacionales de la alegría y las peregrinaciones que organizó como arcipreste […]. En momentos tristes y difíciles también ha estado acompañándonos», resaltó.

En cuanto al legado de Grandal Gómez, Mar Gutiérrez destacó la conservación del patrimonio religioso: «La construcción de los locales parroquiales de la capilla del Carmen, la reforma de la iglesia parroquial de Valdoviño [donde se celebró la despedida], la de Pantín, la de Loira, las capillas de San Martiño y San Miguel, la restauración de la escultura de San Vicente de Vilaboa y el retablo de San Pedro de Loira, y los arreglos de los cementerios, obras que perdurarán».

La representante de los parroquianos subrayó, por encima de todo, «la generosidad» del párroco, «siempre pendiente de las necesidades y los necesitados de sus parroquias, a través de Cáritas y de su silenciosa implicación personal». Agradeció, además, la labor realizada con las catequistas: «Nos hizo sentir equipo, que nuestro trabajo era importante… escuchaba todas las opiniones antes de tomar decisiones». Además de «la actitud muy humilde y discreta, de servicio y trabajo bien hecho, de amor a Dios y a la Iglesia». Los feligreses le entregaron diversos obsequios en la misa y después hubo una comida.

Fuente: La Voz de Galicia. Edición Ferrol

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