Reestructuración arciprestal: la diócesis pasa a dividirse en cuatro arciprestazgos

El Código de Derecho Canónico define el arciprestazgo como la «unión de parroquias cercanas entre sí que facilitan el trabajo pastoral mediante actividades comunes» (c. 374). Su objetivo, por lo tanto, es pastoral y se convierte en una estructura de comunión que ayude a dinamizar las respectivas parroquias/UPA. Son un instrumento de sinodalidad, de animación y coordinación de la acción pastoral.

La situación social que vivimos en el presente contexto (secularización, dispersión y concentración geográfica, movilidad…), junto a la situación eclesial (merma de las comunidades cristianas, ausencia de relevo, escasez de vocaciones, organización de las Unidades de Pastoral [UPA]…) ha llevado a la diócesis a revisar la geografía arciprestal para acomodarla mejor a los retos misioneros a los que nos enfrentamos. De este modo, se decidió pasar de siete a cuatro arciprestazgos.

Esta revisión se hizo partiendo de un estudio particular, así como del diálogo y debate por parte del Colegio de Arciprestes, de los propios arciprestazgos en sus diferentes estructuras y, finalmente, del Consejo Presbiteral y del Consejo Diocesano de Pastoral.

Como afirma el papa Francisco, las estructuras son instrumentos que cumplirán sus fines dependiendo de la vida que las anima. Eso conlleva una necesaria conversión pastoral para superar el “siempre se hizo así” y buscar caminos conjuntos de misión en los que nos integremos sacerdotes, consagrados y legos.

Los objetivos que nos proponemos con esta transformación son:

1. Acomodar la realidad de los arciprestazgos a la situación pastoral de la diócesis, de manera que se conformen con las posibilidades humanas, permitiendo un trabajo acomodado desde el punto de vista de la tarea sacerdotal como también de la acción pastoral con el resto del Pueblo de Dios.

2. Promover una acción pastoral más colegial y corresponsable, promoviendo el intercambio entre las UPA-parroquias y delegaciones diocesanas, animando una pastoral más misionera que se acomode mejor a los retos que tenemos que llevar adelante.

3. Dinamizar la vida pastoral desde la clave del arciprestazgo como “escuela, taller, hogar”: como escuela es un lugar donde se aprende y enseña; como taller es donde se experimenta y ensaya; como hogar es donde se cuida el crecimiento y la fraternidad de todos.

4. Alentar la comunión y la sinodalidad en nuestra Iglesia desde el trabajo coordinado que promueva una pastoral bien articulada y de conjunto, tanto de los sacerdotes como de la vida consagrada y los laicos.

Por último, cabe señalar que con la agrupación en cuatro de los antiguos arciprestazgos, queda modificada la distribución geográfica de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Así mismo queda derogada cualquier normativa diocesana que pueda obstar esta nueva ordenación de la administración pastoral del territorio diocesano, o que se oponga a las atribuciones y competencias de los arciprestes.


Convocatoria de elecciones a arciprestes

A tenor de esta reforma arciprestal, y cumplido el plazo para el que fueron nombrados los actuales arciprestes, monseñor García Cadiñanos acaba de convocar elecciones de candidatos a arciprestes, que se desarrollarán durante el mes de septiembre en Mondoñedo (Seminario, día 7), Ferrol (Domus Ecclesiae, día 14), Vilalba (casa parroquial, día 7) y As Pontes (casa parroquial, día 14).

Para la elección de los nuevos candidatos, un proceso que se realizará según las normas del Derecho Canónico vigente, cada miembro del presbiterio propondrá al obispo una terna en cada arciprestazgo, para proceder así al nombramiento. Antes de tomar una decisión, el prelado realizará también consulta a los laicos de los diferentes consejos diocesanos, especialmente del Consejo Diocesano de Pastoral.

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