O pasado sábado 26 de abril reuníronse en asemblea unha representación dos catequistas da diocese de Mondoñedo-Ferrol. Tivo lugar no Seminario de Mondoñedo e resultou unha oportunidade para reflexionar «sobre a nosa identidade e animarnos na nosa tarefa evanxelizadora», segundo indicou o equipo da delegación diocesana de Catequese e Catecumenado.
Logo da oración e a lectura do saúdo do bispo García Cadiñanos (quen non estivo presente ao atoparse no Encontro do Voluntariado das Cáritas de Galicia en Santiago de Compostela), a relixiosa discípula de Xesús en Ferrol, Loudes Berenguer, axudou a afondar na vocación dos catequistas baixo a perspectiva do papa Francisco: somos catequistas non como oficio, senón como vocación de chamados a una misión.
Tras a reunión por grupos e o contraste de experiencias, os participantes peregrinaron ata a catedral para gañar o Xubileu. Alí celebrouse a eucaristía, presidida nesta ocasión polo vigairo diocesano para a Evanxelización, Óscar Fernández Expósito, quen lembrou aos catequistas a súa chamada a «ser primeiro anuncio». Xa na tardiña, analizáronse as conclusións obtidas durante a xornada, para rematar coas palabras do delegado de Catequese, Carlos Miranda, quen lembrou «a tarefa que a Igrexa nos encomenda de sermos mestres da fe, de trasmitir fielmente a mensaxe co catecismo, adaptándonos a distintos destinatarios e idades, con grande creatividade e nova linguaxes».
Mensaje del obispo para la Asamblea Diocesana de Catequistas
«Mi saludo cariñoso y cercano a todos y cada uno de vosotros. Siento no poder acompañaros en este día en el que me hubiera gustado muchísimo estar entre vosotros.
Lo primero que se me ocurre es daros las gracias por vuestro tiempo y por vuestro testimonio en la tarea de la iniciación cristiana de los más jóvenes de nuestras comunidades. Qué importante es que esta tarea sea realizada con sabiduría: no la sabiduría del saber muchas cosas o modernas teologías, sino la sabiduría que está detrás del acompañamiento y el testimonio de la vida. En este sentido, el testimonio del papa Francisco, al que hoy nuestra Iglesia está enterrando, nos ha ayudado enormemente: él ha sido un buen catequista, porque con las palabras y los gestos nos ha revelado lo más genuino del evangelio, que no es otra cosa que la misericordia de Dios y la dignidad de cada persona. Os animo en esta tarea.
Junto al agradecimiento, os invito a que realicéis vuestra tarea siempre enviados por la comunidad cristiana: sois catequistas de la Iglesia, de vuestras parroquias, a las que estáis llamados a insertar a vuestros niños y jóvenes. Sólo nos insertamos en la vida comunitaria si previamente participamos activamente en ella y la amamos de corazón. En los gestos y en nuestras palabras lo manifestaremos.
No os revelo nada si con ese agradecimiento y esa petición os manifiesto mi preocupación porque la iniciación cristiana nos está fallando en nuestra Iglesia diocesana. Creo que tenemos que hacer una reflexión serena y seria al respecto para compartir reflexiones, dudas, experiencias, sueños, metodologías nuevas…
Ojalá este encuentro os pueda ayudar a descubrir y agradecer vuestra vocación y vuestra misión. ¡Feliz jornada! Sentidme muy cercano y ojalá nos veamos en el día día de nuestra vida diocesana».