El sacerdote Fernando García Cadiñanos, nuevo obispo de Mondoñedo-Ferrol

La entrada oficial en Ferrol tendrá lugar en la concatedral de San Xiao el 5 de septiembre

Su toma de posesión y ordenación episcopal tendrá lugar el sábado 4 de septiembre en la Catedral de Mondoñedo

SALUDO DEL ADMINISTRADOR DIOCESANO

Queridos hermanos y hermanas de nuestra diócesis de Mondoñedo-Ferrol:

Me dirijo a todos vosotros como administrador diocesano y en el nombre del Colegio de Consultores para transmitiros la buena noticia de que el papa Francisco ha nombrado obispo de nuestra diócesis al sacerdote burgalés Fernando García Cadiñanos, en la actualidad vicario general de la archidiócesis de Burgos.

Durante estos meses, hemos pedido al Señor que nos mandara un pastor según su corazón, tras la marcha a León de nuestro querido padre Luis Ángel, que dejó entre nosotros una profunda huella y un muy grato recuerdo. Ahora, ya tenemos pastor que nos presidirá en el nombre del Buen Pastor, con quien queremos hacer camino. Su toma de posesión y ordenación está prevista para el próximo día cuatro de septiembre en nuestra catedral de Mondoñedo.

Damos gracias a Dios que nos bendice una vez más; agredecemos al papa Francisco este nombramiento hecho con tanta premura, que nos ayudará a entrar en esa dinámica sinodal a la que invita a toda la Iglesia. Con él y con todo el pueblo de Dios echaremos a andar, abriéndonos a los nuevos senderos por los que nos vaya llevando el Espíritu en este momento que nos toca vivir.

Acojamos al nuevo obispo con esperanza e ilusión. Con él haremos camino; unas veces irá delante, marcándonos retos; otras veces irá detrás, animándonos; y otras muchas, a nuestro lado, como hermano, compartiendo nuestra vocación común de discípulos misioneros que quieren construir el Reino del que nos habla el Pastor.

Estoy seguro que desde hoy mismo cuenta con nuestra oración constante y fraterna, con nuestra disponibilidad y colaboración para seguir transformando nuestra Iglesia particular en ese “hospital de campaña” al que nos invita el papa Francisco.

Don Fernando, bienvenido a esta Iglesia de Mondoñedo-Ferrol y a esta tierra que lo acoge. Toda esta diócesis se alegra en el Señor y da gracias. ¡Bienvenido a casa!

Antonio Valín Valdés
Administrador diocesano de Mondoñedo-Ferrol

 

SAÚDO DO ADMINISTRADOR DIOCESANO

Benqueridos irmáns e irmás da nosa diocese de Mondoñedo-Ferrol:

Diríxome novamente a todos vós como administrador diocesano e no nome do Colexio de Consultores para transmitirvos a boa nova de que o papa Francisco ven de nomear bispo da nosa diocese ao sacerdote burgalés Fernando García Cadiñanos, na actualidade vicario xeral da arquidiocese de Burgos.

Durante estes meses estivemos a pedirlle ao Señor que nos mandara un Pastor segundo o seu corazón, tras a marcha a León do noso querido pai Luis Ángel, que deixou entre nós unha forte pegada e un moi grato recordo. Agora xa temos pastor que nos presidirá no nome do Bo Pastor, con quen queremos facer camiño. A súa toma de posesión e ordenación está prevista para o vindeiro día catro de setembro na nosa catedral de Mondoñedo.

Dámoslle grazas a Deus que nos bendí unha vez máis; agradecémoslle ao papa Francisco este nomeamento feito tan axiña, que nos vai axudar a entrar nesa dinámica sinodal á que invita a toda a Igrexa. Con el e con todo o pobo de Deus botaremos a andar, abríndonos aos vieiros novos polos que nos vaia levando o Espírito neste momento que nos toca vivir.

Acollamos ao novo bispo con esperanza e ilusión. Con el faremos camiño, unas veces irá diante, marcándonos retos; outras veces irá detrás, alentando os nosos folgos, e outras moitas, ao noso carón, como irmán, compartindo a nosa vocación común de discípulos misioneiros que queren construir o Reino do que nos fala o Pastor.

Estou seguro que desde hoxe conta coa nosa oración constante e fraterna, coa nosa disponibilidade e colaboración para seguir transformando a nosa Igrexa particular nese “hospital de campaña” ao que nos invita o papa Francisco.

D. Fernando, benvido a esta Igrexa de Mondoñedo-Ferrol e a esta terra que o acolle. Toda esta diocese alégrase no Señor e dá grazas. Benvido a casa!

Antonio Valín Valdés
Administrador diocesano de Mondoñedo-Ferrol

 

PRIMER MENSAJE A LA DIÓCESIS DE MONDOÑEDO-FERROL


 

Benqueridos irmáns e amigos que peregrináis en esa ya bienquerida Igrexa diocesana de Mondoñedo-Ferrol:

Desde que me comunicaron el deseo del papa Francisco de que sirviera, a través del ministerio de la unidad, en esa querida porción del Pueblo de Dios, mi corazón y mi pensamiento están ya muy cerca de vosotros. Quiero estar ya muy unido a todos y cada uno, sacerdotes, personas consagradas, vida contemplativa, seminaristas, laicos que participáis en la vida parroquial y diocesana, miembros de movimientos, cofradías y grupos apostólicos, voluntarios y agentes de Cáritas, misioneros, cristianos, hombres del mar y del mundo rural, ciudadanos que habitáis esas tierras periféricas y tan diversas que, en su magnífica belleza, indican la maravilla de la casa común que habitamos… Sentidme un hermano mayor que quiere participar de vuestros gozos y esperanzas, dolores y sufrimientos individuales y sociales. Consideradme un padre y amigo que quiere compartir con vosotros el gozo y la alegría de la fe, el entusiasmo de continuar el proyecto de Jesús, la ilusión de hacer realidad el Reino de Dios entre nosotros, especialmente entre los más pobres. Es mi deseo que todos, desde la pluralidad y la diversidad de carismas y de sensibilidades, nos sintamos convocados a participar y a vivir en esta nueva etapa evangelizadora a la que nos invita el papa Francisco.

Nuestra sociedad es compleja y muy diversa de la que conocimos. La postpandemia también nos llama a un cambio de mentalidad. La crisis no nos ha debido dejar iguales, sino que nos ha tenido que cambiar haciéndonos más sensibles unos de otros, descubriendo la urgencia del cuidado y de la fraternidad como formas especiales de vivir hoy el Evangelio. Vivimos momentos donde es preciso generar mucha esperanza e ilusión. Para ello contamos con la experiencia de la Pascua, la vida nueva que Jesús nos regala, genera y comparte a raudales. Los pobres, los atribulados, los enfermos, los que no tienen sentido de la vida, los solos, los ancianos… son los que percibirán, mejor que nadie, esta buena noticia que hoy queremos seguir compartiendo. Nuestra Iglesia ha de ser “hospital de campaña”, Iglesia “pobre y para los pobres”.

En esta llamada, una vez más siento en mí la fragilidad de la misión de servicio que se me encomienda. Como siempre, percibo que es el Señor el que me vuelve a pedir salir, cruzar a la otra orilla, dejar tantas cosas, vivir esta expropiación… Una vez más estoy convencido de que es Él el que me sostiene, el que me lleva de la mano, me ha guiado y sigue guiando mis pasos y mi historia hacia la plenitud de la alegría. Así lo percibo cuando echo la vista hacia atrás y descubro los caminos por los que me ha conducido y me ha acompañado: caminos y vericuetos nunca pensados, ni soñados, ni imaginados y, desde luego, nunca buscados. Desde esta certeza, hoy me sigo sintiendo un niño pequeño, barro frágil en manos de alguien, el buen alfarero, que va haciendo y construyendo su obra, ahora en una nueva misión.

Vosotros sabéis bien que la Iglesia de Mondoñedo Ferrol es una comunidad de cristianos con una larga tradición y unas profundas raíces. Su voluntad de ser sembradores del Evangelio de Jesús la ha sabido alimentar en torno al obispo san Rosendo y a la devoción a la Virgen de los Remedios a cuya protección quiero ya acogerme y consagrar mi ministerio episcopal. También el Camino de Santiago, tan vinculado con mi querida ciudad de Burgos, con todo lo que significa, nos configura en una espiritualidad de caminantes, peregrinos que acogen, desprendidos en clave de austeridad que comparten con otros el viaje de la vida…

Agradezco la tarea del administrador diocesano D. Antonio Valín y de Mons. Luis Ángel de las Heras, mi antecesor. Ellos son los primeros rostros cercanos de otros muchos que espero conocer y querer y que me han hablado de una comunidad que vive y está en clave de conversión pastoral. Desde la sinodalidad que ha de presidir toda nuestra Iglesia, me uno ya a todo este proyecto misionero sintiéndome discípulo y hermano de cada uno de vosotros. La tarea del pastor es alentar, acompañar, conocer, cuidar, amar, discernir… a eso quiero dedicar ya todo mi ser y mi tiempo. Estoy seguro de que juntos, con la fuerza del Espíritu, podremos fortalecer nuestras comunidades, promover el encuentro con Jesús, cuidar la vida comunitaria, transmitir la fe a las nuevas generaciones, sentirnos misioneros y acompañantes de esta sociedad que tanto necesita de esperanza, ilusión y buenas noticias.

Mi saludo también a todos los que tenéis responsabilidad en la vida pública de esas tierras gallegas. Juntos estamos comprometidos en la construcción del bien común desde la diversidad de empeños. En la colaboración y mutuo respeto, tengo la certeza de que son los últimos los que consiguen mayor beneficio.

Para concluir un último deseo: no dejéis de rezar por mí. Sé que durante estos meses ya lo habéis estado haciendo en la petición de un pastor a imagen del Buen Pastor. Os pido que lo sigáis haciendo. Y ayudadme en esta tarea que estreno, desde la corrección fraterna, para que pueda ser un instrumento bueno en las manos de Dios.

Sentídeme xa como irmán e amigo. Unha aperta de irmán.

Fernando García Cadiñanos
Obispo electo de Mondoñedo-Ferrol

 

PRIMEIRA MENSAXE Á DIOCESE DE MONDOÑEDO-FERROL

Benqueridos irmáns e amigos que peregrinades nesa xa benquerida Igrexa diocesana de Mondoñedo-Ferrol:

Desde que me comunicaron o desexo do papa Francisco de que servira, a través do ministerio da unidade, nese querido anaco do Pobo de Deus, o meu corazón e o meu pensamento están xa moi cerca de vós. Quero estar xa moi unido a todos e a cada un, cregos, relixiosos, vida contemplativa, seminaristas, leigos que participades na vida parroquial e diocesana, membros dos movementos, confrarías e grupos apostólicos, voluntarios e axentes de Cáritas, misioneiros, cristiáns, homes do mar e do mundo rural, cidadáns que habitades esas terras periféricas e tan diversas que, na súa beleza, indican a marabilla da casa común que habitamos… Sentídeme un irmán maior que quere participar dos vosos gozos e esperanza, dores e sofrimentos individuais e sociais. Considerádeme un pai e amigo que quere compartir convosco o gozo e a ledicia da fe, o entusiasmo de continuar o proxecto de Xesús, a ilusión de facer realidade o Reino de Deus entre nós, especialmente entre os máis pobres. É o meu desexo que todos, desde a pluralidade e a diversidade de carismas e de sensibilidades, nos sintamos convocados a participar e a vivir nesta nova etapa evanxelizadora á que nos invita o papa Francisco.

A nosa sociedade é complexa e moi diversa da que coñecimos. A postpandemia tamén nos chama a un cambio de mentalidade. A crise non nos debeu deixar iguais, senón que nos tivo que cambiar facéndonos máis sensibles uns de otros, descubrindo a urxencia do coidado e da fraternidade comos xeitos especiais de vivir hoxe o Evanxeo. Vivimos momentos onde é preciso xerar moita esperanza e ilusión. Para iso  contamos coa experiencia da Pascua, a vida nova que Xesús nos regala, xera e comparte abondosamente. Os pobres, atribulados, os enfermos, os que non atopan sentido á vida, os que están sós, os velliños… son os que percibirán, máis cá ninguén, esta boa nova que hoxe queremos seguir compartindo. A nosa Igrexa ten que ser “hospital de campaña”, Igrexa “pobre e para os pobres”.

Nesta chamada, unha vez máis sinto en min a fraxilidade da misión de servizo que se me encomenda. Como sempre, percibo que é o Señor o que me volve a pedir saír, pasar á outra beira, deixar tantas cousas, vivir esta expropiación… Unha vez máis estou convencido de que é El quen me sostén, quen me leva da man, me guía e segue levando os meus pasos e a niña historia cara a plenitude da alegría. Así o percibo cando boto una ollada atrás e descubro os camiños polos que me conduciu e acompañou: camiños nunca pensados, nin soñados, nin imaxinados e, desde logo, nunca buscados. Desde esta certeza, hoxe sígome sentindo un neno pequeno, barro fráxil nas mans de alguén, que vai facendo e construíndo a súa obra, agora nunha nova misión.

Vós sabedes ben que a Igrexa de Mondoñedo-Ferrol é una comunidade de cristiáns cunha longa tradición e profundas raíces. A súa vontade de ser sementadores do Evanxeo de Xesús sóuboa alimentar a carón do bispo san Rosendo e da devoción á Virxe dos Remedios, a quen me acollo e consagro o meu ministerio episcopal. Tamén o Camiño de Santiago, tan vencellado coa niña querida cidade de Burgos, con todo o que significa, configúranos nunha espiritualidade de camiñantes, peregrinos que acollen, desprendidos en clave de austeridade, que comparten con otros a viaxe da vida…

Agradezo a tarefa do administrador diocesano D. Antonio Valín e de Mons. Luis Angel de las Heras, o meu antecesor. Eles son os primeiros rostros cercanos doutros moitos que espero coñecer e querer e que me falaron dunha comunidade que vive e está en clave de conversión pastoral. Desde a sinodalidade que vai presidir toda a nosa Igrexa, únome xa a todo este proxecto misioneiro sentíndome discípulo e irmán de cada un de vós. A tarefa do pastor é alentar, acompañar, coñecer, coidar, amar, discernir,… a iso quero adicar xa todo o meu ser e o meu tempo. Estou seguro de que xuntos, coa forza do Espírito, poderemos enfortecer as nosas comunidades, promover o encontro con Xesús, coidar a vida comunitaria, transmitir a fe ás novas xeracións, e sentírmonos misioneiros e acompañantes deste sociedade que tanto precisa de esperanza, ilusión e boas novas.

O meu saúdo tamén a todos os que tendes responsabilidade na vida pública nesas terras galegas. Xuntos estamos comprometidos na construcción do ben común desde a diversidade de empeños. Na colaboración e mutuo respecto, teño a certeza de que son os últimos os que consiguen maior beneficio.

Para rematar un último desexo: non deixedes de rezar por min. Sei que durante estes meses  estivestes pedindo un pastor a imaxe do Bo Pastor. Pídovos que o sigades a facer. E axudádeme nesta tarefa que estreo, desde a corrección fraterna, para que poida ser un instrumento bo nas mans de Deus.

Sentídeme xa como irmán e amigo. Unha aperta fraterna.

Fernando García Cadiñanos
Bispo electo de Mondoñedo-Ferrol

 

RUEDA DE PRENSA. ARZOBISPADO DE BURGOS

 

RADIO: ENTREVISTAS EN LA CADENA COPE

 

CURRICULUM VITAE

Nace en Burgos el 7 de mayo de 1968. Es el menor de una familia obrera y numerosa. Estudia EGB en el Colegio del Círculo Católico, de donde pasa al Seminario Menor para finalizar la enseñanza obligatoria y el bachillerato y después al Seminario Mayor, estudiando Teología en la Facultad de Teología del Norte de España en su sede de Burgos, donde obtiene el Bachiller en Teología y, posteriormente, la licenciatura en Teología Dogmática.

Es ordenado presbítero el 26 de junio de 1993 en la iglesia del Carmen de Burgos. En 1997 es enviado a Roma, donde obtiene la Licenciatura en Ciencias Sociales-Especialidad Doctrina y Ética sociales por la Universidad Gregoriana de Roma (año 2000).

Es profesor en la Facultad de Teología del Norte de España en su sede de Burgos, donde imparte el curso de Teología Moral Social. Igualmente es el director del Aula de Doctrina Social de la Iglesia de dicha facultad. Ha participado en numerosas conferencias, congresos y cursos de formación en torno a Cáritas, la Doctrina Social de la Iglesia, la caridad, en pensamiento del papa Francisco… Ha publicado varios artículos sobre estos temas en diferentes diccionarios y revistas especializadas.

Su actividad pastoral comienza en la parroquia de Santa Catalina de Aranda de Duero, donde es vicario parroquial de 1993 a 1997. En esa misma época, compagina el cargo de delegado diocesano de Pastoral Obrera (1995-1997). Tras su paso por Roma (1997-2000), es nombrado párroco de Solarana y otras nueve parroquias, así como secretario del Departamento de Formación Sociopolítica, cargo que ostentará hasta el año 2010. Desde el año 2004 atiende, además, la parroquia de Villalmanzo, de la que es párroco hasta el año 2014. Desde el año 2005 a 2014 es arcipreste del Arlanza y en esta época es secretario del Consejo Presbiteral.

En 2014 es nombrado párroco de la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves en la ciudad de Burgos (2014-2016). Un año después, recibe el nombramiento de delegado diocesano de Cáritas. Desde el año 2016 es también vicario general de la diócesis de Burgos y moderador de Curia.
 

 

«Estoy seguro de que juntos, con la fuerza del Espíritu, podremos fortalecer nuestras comunidades, promover el encuentro con Jesús, cuidar la vida comunitaria, transmitir la fe a las nuevas generaciones, sentirnos misioneros y acompañantes de esta sociedad que tanto necesita de esperanza, ilusión y buenas noticias»

Artículos relacionados

Síguenos

5,484FansMe gusta
4,606SeguidoresSeguir
1,230SuscriptoresSuscribirte

Últimas publicaciones

Etiquetas