Dirige y presenta Javier García; coordina Baruk Domínguez
Intervención semanal del obispo Luis Ángel a través de la Cadena COPE
· Domingo de Ramos: La liturgia de la misa de este domingo, después de haber conmemorado la entrada de Jesús en Jerusalén, se centra en la Pasión del Señor, ejemplo de una vida sumisa a la voluntad del Padre. La primera lectura nos muestra la profecía de Isaías sobre la Pasión de Cristo, con el tercer cántico del Siervo del Señor. El salmo responsorial es el que Cristo proclamó estando en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Como Evangelio se lee la Pasión según San Mateo; y, clavado en la cruz lo aclamamos: “Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”, Dios del universo, Yahvé Sabaoth, Kyrios, vencedor del pecado y de la muerte.
· Se termina la Cuaresma, pero no el confinamiento por coronavirus. Empezamos ahora la Semana Santa, el tiempo más importante para los cristianos, pero debemos cambiar nuestro “chip vacacional y festivo” a causa de la cuarentena. ¿Cómo se nos recomienda desde nuestra diócesis celebrar esta Semana de Pasión?
· Ciudades como Viveiro o Ferrol estarían esta semana viviendo sus días grandes como de costumbre, pero las circunstancias actuales han hecho que se vivan de otra manera, quizás menos espectacular pero también sentida y reflexiva. Desde las cofradías destacan iniciativas como reproducir en diferido procesiones de otros años el mismo día y a la misma hora que se deberían haber celebrado si no se hubiese decretado el estado de alarma. ¿Qué le parecen este tipo de cuestiones? ¿Diluyen quizás un poco el sentido especial de esta Semana Santa que nos ha tocado este año en suerte?
· Lo recalcamos cada domingo, pero nunca está de más recordar la labor especial que está haciendo Cáritas, tanto en el albergue Pardo de Atín y el centro de día Gabriel Vázquez Seijas como en todos los equipos parroquiales de nuestra diócesis. Además, el Jueves Santo es el Día del Amor Fraterno, con un sentido muy especial.
· Además de Cáritas, desde Manos Unidas también nos recuerdan, en línea con este amor fraterno que en ocasiones como la que estamos viviendo se hace más presente que nunca, que no debemos olvidarnos de los más desfavorecidos. Refugiados, migrantes, trabajadores en precario, minorías étnicas y tribales, niños y mujeres son algunos de los colectivos con los que trabaja esta ONG católica en Asia, América y África.
· Ya que hablamos de atención sanitaria, no podemos olvidarnos de las personas que trabajan estos días en nuestros hospitales y centros de salud, jugándose el tipo en muchos casos para salvar las vidas de los más afectados por el virus COVID-19. En este apartado tenemos que hacer una mención a nuestros capellanes, que acompañan diariamente a nuestros enfermos, y también a nuestro delegado de Pastoral de la Salud, que trabaja como médico en el Hospital da Mariña, en Burela.
· Hablábamos antes de los centros de Cáritas, pero también tenemos que referirnos a otros centros diocesanos, en los que recibe atención otra gente, como el Hospital San Pablo de Mondoñedo, especializado en personas con capacidades diferentes, o los diferentes centros de menores y casas de familia que operan en nuestro territorio. ¿Cómo están sobrellevando estos días?
· Mención especial merecen nuestras residencias de ancianos, algunas de ellas públicas, pero otras regidas por congregaciones apostólicas (Hermanitas de los Ancianos Desamparados y Hermanas de Marta y María) o asociaciones católicas (Mensajeros de la Paz). En algunas de ellas ya se han registrado positivos por coronavirus, entre plantilla y usuarios, y la Xunta de Galicia ha anunciado que se harán tests a todas estas personas que han estado en contacto durante las últimas semanas.
· Casi para finalizar, hablamos de un asunto que no gusta, pero del que hay que hablar estos días como es la muerte. Por una parte, por los casos mortales de coronavirus, que ya hemos sufrido en el seno de nuestras comunidades cercanas. Por otra, por la imposibilidad de despedir como de costumbre a nuestras personas difuntas, que, a causa del confinamiento decretado, se restringe a un escaso número de familiares o allegados, posponiendo las misas de funeral para cuando finalice el estado de alarma ¿Cuál es el mensaje que se manda desde nuestra diócesis en momentos tan delicados a las familias de nuestros fieles difuntos?
«Todos estamos obligados a sacar lo mejor de nosotros mismos en estos momentos»