Los locales parroquiales de Santa Cruz de Canido, en Ferrol, acogerán a partir del lunes 28 de octubre una nueva edición de los Talleres Oración y Vida, una nueva propuesta de evangelización creada por el padre Ignacio Larrañaga y aprobados por la Santa Sede en 1997. Se conforman como un servicio eminentemente laical, ya que la mayoría de los guías que los imparten son laicos.
Coordinados por el equipo diocesano de este movimiento, se desarrollarán semanalmente, a través de quince sesiones, en horario de 18:30 a 20:30 horas Están dirigidos a aquellas personas que quieran aprender a orar y renovar su vida de fe, a los alejados de la Iglesia y a los que, de alguna manera, busquen a Dios.
Para formalizar la inscripción es necesario contactar previamente con la organización, bien a través de la cuenta de email santacruzdecanido@hotmail.com, o a través de los teléfonos 659 98 95 52 (Lucía) – 635 31 20 85 (Guillermo).
Los Talleres se caracterizan por ser:
a) Una escuela de oración: Se aprende a profundizar en el arte de orar con un carácter experimental y práctico, se aprende a orar para aprender a vivir. Íntegramente basado la Palabra de Dios y con Jesucristo como centro y modelo.
b) Una escuela de vida: El asistente va superando paso a paso el mundo interior de angustias y tristezas e inundándose de paz; y va haciéndose cada vez más paciente, humilde, sensible, misericordioso con la pregunta, ¿QUÉ HARÍA JESÚS EN MI LUGAR?. Con opción preferente por los pobres y necesitados de la sociedad.
c) Una escuela apostólica: Se quiere que el Taller sea un vivero de vocaciones apostólicas. El Taller logra transformar a muchos talleristas en apóstoles del Señor.
Y entre sus objetivos finales pueden destacarse los siguientes:
· Colocar como base y centro a Jesucristo, para edificar, con él, una sólida vida con Dios y sumergirse cada vez más en el mar infinito de la ternura de Dios.
· Conducir, dulce y suavemente, hacia una trasformación de vida, ya que se van copiando los rasgos de Jesús de Nazaret (Proceso de Cristificación).
· Como consecuencia de todo esto, el alma se va llenando de paz y serenidad… y, la vida, de alegría y sentido. En suma, suponen RECUPERAR EL ENCANTO DE DIOS PARA RECUPERAR EL ENCANTO DE LA VIDA.