Alegría en la diócesis por una nueva comunidad religiosa

Entrevista a la hermana Soledad Martínez, delegada en España de las Misioneras de Acción Parroquial

Desde Santiago de Sancovade, realizará su labor en Terra Chá

A comienzos de esta semana, nuestro obispo, el padre Luis Ángel, hacía pública una carta a todos los diocesanos bajo el título “Mes Misionero extraordinario”, haciendo hincapié y expresando sus reflexiones sobre esta convocatoria del papa Francisco para este mes de octubre, que tenemos ya a la vuelta de la esquina. En este documento, el prelado nos anuncia, entre otros acontecimientos que van a tener lugar próximamente, “la llegada a nuestra diócesis, en estos momentos misioneros, de las religiosas Misioneras de Acción Parroquial”. No cabe duda de que se trata de una gran noticia, especialmente en estos tiempos de escasez vocacional, donde tristemente lo más habitual son los cierres de muchos conventos y monasterios. Nos congratulamos, pues, de la fundación de esta nueva comunidad entre nosotros.
 


 

Desde el Servicio Diocesano de Comunicación, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a la hermana Soledad Martínez, delegada en España de esta congregación, para conocer de primera mano su historia y las principales características de su carisma, así como el proyecto que van a comenzar por nuestras tierras.

SDC: ¿Cómo surgió este proyecto de instalarse en Galicia y concretamente en la diócesis de Mondoñedo-Ferrol?

S. Martínez: Nosotras, últimamente, hemos tenido bastantes peticiones de fundación. En nuestro caso, suelen ser los obispos o sacerdotes quienes, viendo las necesidades de sus parroquias y como nos conocen, solicitan nuestra colaboración. De esas solicitudes, digamos que vemos un poco de qué se tratan y cómo encajan con nuestra labor. Y, después, procedemos a visitar el lugar o la zona donde estaría ubicada la comunidad. Y así ha sido. Y, llegados a este momento, había la posibilidad de responder a esa petición que nos realizó el señor obispo, al que ya conocíamos.

SDC: La nueva comunidad se va a establecer, ya este octubre, en la casa rectoral de la parroquia de Santiago en Sancovade (Vilalba) y, desde allí, trabajarán por el arciprestazgo de Terra Chá. Entonces, ¿ya han visitado estas tierras vilalbesas?

S. Martínez: Sí. Hace poquito tiempo; creo que fue en el mes de mayo. Es importante conocer el lugar (antes de tomar una decisión), ya que damos prioridad a lugares donde puede haber mayor necesidad de ayuda dada la escasez de sacerdotes; y, lógicamente, también en función de la respuesta que nosotras podamos dar.

SDC: ¿Sería la primera comunidad de su congregación aquí, en Galicia?

S. Martínez: No. Ya que, hace unos años, estuvimos en la diócesis de Santiago, concretamente en Oleiros. Debemos explicar que nosotras no permanecemos en el mismo lugar una vez que aquellas necesidades que venimos a afrontar estén ya cubiertas. No porque nuestra ayuda sea tanta, sino porque muchas veces, con el tiempo, esas necesidades se van subsanando, ya sea con la labor de seglares o por otros medios. Por eso que, ahora mismo, esta comunidad que vamos a poner en marcha sí sería la única en Galicia.

SDC: ¿Qué nos puede detallar de las hermanas que van a constituir esta comunidad en Sancobade?

S. Martínez: Nuestras comunidades no son numerosas; normalmente, tratamos de que sean de cuatro miembros. Y eso nos facilita el extender nuestra acción un poquito más. Y para Vilalba, efectivamente vendrán cuatro hermanas: María José, Juana, Ana y Eugenia. A la hora de “seleccionarlas”, vemos un poco qué hermanas pueden dar una mejor respuesta en función de las necesidades de la fundación que se quiere hacer. Un ejemplo claro, es valorar si el entorno exige contar con coche para los desplazamientos; pues, en ese caso, lógicamente, mejor hermanas que puedan conducir. Y la edad de ellas también es un factor muy importante, cuando hay, por ejemplo, que recorrer ciertas distancias y afrontar una pastoral bastante fuerte.

SDC: Las Misioneras de Acción Parroquial, como claramente refleja su nombre, son mujeres consagradas que dedican su vida al servicio de la parroquia, viviendo en comunidad fraterna y misionera. Siendo las principales características de su carisma: el testimonio de vida evangélica ante el pueblo; ministerio en la comunidad parroquial; sentido profundo de Iglesia, de comunión y participación; y fomento de la acción laical cristiana. ¿Qué tareas concretas van a realizar en Terra Chá?

S. Martínez: Bueno, una vez allí, el señor obispo nos dirá aquello a lo que conviene dar prioridad, porque seguramente no se podrá dar una respuesta inmediata a todas las necesidades. De acuerdo con nuestro carisma, nos dedicamos a todos esos aspectos que requieran de nuestra presencia en la parroquia. En todas las actividades que corresponden a una parroquia, ahí estamos nosotras. La catequesis por ejemplo, todo lo que abarca, desde que comienzan los niños hasta la confirmación, si es que siguen todo el proceso; también, si hay adultos en la confirmación, o si hay adultos de formación. Podemos ayudar, también, en la pastoral de la Salud (visitas de enfermos, llevarles la comunión). Nos involucramos en aquellos grupos que ya existen, para ayudar según nuestras posibilidades: por ejemplo, grupos de Cáritas, grupos de seglares que pueda haber, temas de inmigrantes, etc.

Desde luego, con el paso del tiempo, desde nuestra fundación, las necesidades a nivel de parroquia han cambiado muchísimo. No es lo mismo remontarnos a 1942 que ahora en 2019.

SDC: Hablemos, precisamente, de historia. ¿Cuáles son los orígenes de su congregación?

S. Martínez: Fue a raíz de las necesidades que surgieron tras la Guerra Civil. La fundación tuvo lugar en un pueblecito de Segovia, Carbonero el Mayor, a través de un grupito de chicas jóvenes perteneciente a la Acción Católica, que dada la realidad del momento estaba muy vinculada a la parroquia. Una de esas jóvenes sintió la inspiración un 13 de junio de 1939 y se lo comunicó a ese grupo de amigas con quienes compartía sueños e ilusiones. Por qué no fundar ellas, que tenían deseos de consagrarse a Dios, una congregación; y así fue. Ese grupito de nueve jóvenes se lo tomó en serio y llevaron la idea al obispo de Segovia. El prelado vio que aquello era obra de Dios. Siempre muy acompañadas por el párroco, continuaron cultivando la idea hasta que en 1942 comenzaron ya la vida en común en Segovia. En octubre de ese año, tomaron el hábito. Y dos años después, hicieron ya la primera profesión y la perpetua a la vez, ante la necesidad de constituir un gobierno, ya que las jóvenes seguían llegando. Y, a partir de ahí, nuestra obra siguió creciendo.

SDC: Y, desde luego, que continuó creciendo, ya que en la actualidad la congregación realiza su labor no sólo en España (donde son cerca de cien religiosas), sino también en Brasil, Angola, Venezuela, Chile, México y Mozambique.

Hermana, Soledad, muchas gracias por el tiempo que nos ha dedicado y, como no, por ese gran trabajo que realizan. Y, desde aquí, damos ya la bienvenida a las hermanas María José, Juana, Ana y Eugenia, a quienes recibimos con los brazos abiertos en Mondoñedo-Ferrol.

S. Martínez: Muchas gracias también a ustedes y hasta pronto. Que Dios les bendiga.

Hna. Soledad: «En todas las actividades que corresponden a una parroquia, ahí estamos nosotras»

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