El próximo sábado, que será el día 10 de noviembre, personas de toda la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, y también de otros muchos lugares del país, se darán cita en Vilalba, en la capital de la Terra Chá, para rendirle homenaje, por toda una vida de entrega a los demás, una vida generosa como pocas, a Eugenio García Amor, poeta, músico -fue director de la Coral Polifónica Ferrolana- y sacerdote nacido en Trabada en 1928, que a sus 90 años sigue plenamente activo y sin perder nunca la sonrisa que ilumina su rostro.
García Amor, Don Uxío, prelado de honor del Papa a quien yo solo le vi vestir la banda de seda púrpura el día que se le hizo entrega de ella en la catedral de Mondoñedo -catedral de la que es canónigo, por cierto-, es un sabio que, como todos los sabios verdaderos, no hace ostentación de su sabiduría en ningún momento. Formado en Roma, donde estudió Teología, Filosofía y Sagrada Escritura, regresó a Galicia en los años cincuenta del pasado siglo, e hizo cuanto estuvo en su mano por mantenerse siempre fiel a su vocación de cura rural, aunque en ocasiones las circunstancias lo llevaron a tener que aceptar responsabilidades como la de situarse al frente de la diócesis entre los pontificados de Araúxo Iglesias y Gea Escolano.
De muy pocas personas puede decirse que han tenido, en vida, fama de santidad. Casi se cuentan con los dedos de la mano. Pero ese es el caso de García Amor, como bien saben cuantos lo conocen, que no me dejarán que mienta. Y no seré yo quien entre a valorar tal cosa, pero lo que sí digo, y en voz bien alta, es que a mí Don Uxío me parece una señal de Dios. Y si de algo no tengo duda ninguna, es de eso.
Ramón Loureiro
Fuente: La Voz de Galicia
«A sus 90 años sigue plenamente activo y sin perder nunca la sonrisa que ilumina su rostro»