Falleció en Viveiro la religiosa sor Milagros Boleira González

Tras ochenta años de vida consagrada y desde 1941 asistiendo a los ancianos de la residencia Betania

Viveiro, 4 de marzo de 2021.- Al mediodía de ayer miércoles, 3 de marzo, recibíamos la noticia del fallecimiento de sor Milagros Boleira González, hermanita de los ancianos desamparados en Viveiro, residencia Betania.

El Padre la ha llamado a su casa, a la eternidad: "Venid benditos de mi Padre al Reino que os tengo preparado, porque tuve hambre y me disteis de comer, fui forastero y me hospedásteis… Cada vez que  lo hicisteis con uno de estos humildes, conmigo lo hicisteis…”. Con su lámpara encendida la recibió Cristo, su amor supremo.

Sor Milagros nació en la parroquia de san Miguel de Lebosende, en el concello de Leiro (Ourense), hace noventa y ocho años. Ingresó en la congregación el 12 de junio de 1938 y profesó sus votos con los consejos de pobreza, castidad y obediencia en el año 1941. Desde esa fecha permaneció en la casa de Betania de Viveiro. Ochenta años de vida consagrada y ochenta años al servicio del pueblo de Viveiro. Celebró sus bodas de diamante en el año 2016.

Toda su vida fue un continuo vivir el Evangelio de la misericordia en acto en el ejercicio constante de la caridad cristiana, cuidando y asistiendo espiritual y corporalmente a los ancianos con el amor con que Dios ama a cada uno de ellos.

Persona complaciente, generosa y entregada al servicio de las hermanitas y de los ancianos, transmitiendo siempre mucha paz, participando en la comunidad fraterna, en la escuela de Jesucristo.

Entre los oficios que desempeñó durante su larga vida consagrada destaca el de cocinera, teniendo en cuenta los consejos de la santa Teresa Jornet: “Cuidar los cuerpos para salvar las almas” y gozando siempre de la presencia de Dios, haciendo su voluntad en todos sus quehaceres, como decía la santa de Ávila: “También entre los pucheros anda Dios”.

Ella, que dedicó toda su vida a Cristo, murió con el deseo de encontrarlo para estar siempre con él. Y sabiendo que la Virgen, en la advocación de Nuestra Señora de los Desamparados, que ella tuvo como modelo en esta vida, la reciba en el Reino de su Hijo.

Graciñas por la ofrenda de tu vida a Dios, sor Milagros, en la entrega de cada día a los hermanos y hermanas en este mundo herido y marcado por la esperanza de la fe y el amor.

Román Escourido Basanta
Delegado para la Vida Consagrada en Mondoñedo-Ferrol

 

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