Intervención semanal del obispo diocesano a través de la Cadena COPE
· XXXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO: La generosidad hasta el extremo y la confianza en Dios es un tema fundamental de este domingo. Así, la viuda de la primera lectura confía en la palabra del profeta Elías y le entrega lo único que tenía para comer, un panecillo. Y, por esa confianza en el Señor, habiendo hecho caso al profeta, no le faltó para comer en adelante. Igualmente, en el Evangelio, Jesús alaba a una pobre viuda que dio de limosna para el templo todo lo poco que tenía para vivir. Así demostraba su confianza en Dios. Supone esto una llamada a poner a Dios por encima del dinero y de los bienes materiales y a fomentar la disponibilidad para darlo todo, sabiendo que al Señor no vamos a ganarle en generosidad.
· Este domingo celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, en el que se nos recuerda que “somos familia” y debemos colaborar con nuestra comunidad eclesial. ¿Qué significa esta participación, en especial al estar sumidos este curso en el proceso del Sínodo?
· En este sentido, tenemos que hacer referencia a su intervención del próximo sábado en la cuarta y última sesión de la Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral, ya que tratará precisamente la sinodalidad como camino de la comunión.
· En cuestiones de agenda, seguirá una semana más reuniéndose con diferentes actores de la vida social de nuestra diócesis, pero mañana participará en un acto importante, como es la inauguración del Rastrillo Navideño de Manos Unidas. ¿Por qué es importante esta iniciativa y qué peso tiene esta delegación en nuestra diócesis?
· Otra cita importante que tendremos en estos próximos días es un Encuentro Diocesano de Jóvenes, que se celebrará el sábado 20 de noviembre en Mondoñedo. ¿En qué consistirá este encuentro, a quién está dirigido y cómo hay que hacer para apuntarse?
· Hablábamos el pasado domingo de la vuelta a las catequesis presenciales de nuestros niños y jóvenes, y hoy tenemos que hacer lo mismo pero fijándonos en los adultos que quieren recibir el sacramento de la confirmación. De hecho, ya hay dos fechas fijadas para estas celebraciones, una de ellas destinada a aquellas personas pendientes de confirmarse y que aún no han hecho por culpa de la pandemia, y otra, unos meses más tarde, para aquellas personas que todavía están completando su proceso de formación espiritual.