Como todos los años, la Luz de la Paz de Belén llegó a las diócesis gallegas gracias a la Federación de Scouts Católicos de Galicia. El acto central se desarrolló esta mañana en el arzobispado de Santiago de Compostela, con la presencia de los obispos de las cinco diócesis de Galicia.
José María Santos, delegado general y presidente de Scouts de Galicia, explicó el significado de esta jornada: «Lo que tratamos es un poco de poner luz donde hay oscuridad. Desde hace 20 años, los austriacos van a la gruta donde la tradición nos dice que nació el Niño Jesús, encienden una vela y después, en Viena, en una celebración ecuménica, la reparten a Scouts preferentemente de Europa y América. Ellos, a su vez, la llevan a sus países”. Hace una semana se repartió para todos los Scouts del movimiento Scout católico en Valladolid y ahora quieren repartirla a todos los Scouts católicos gallegos y a todos los amigos, para que también ellos lleven la luz a las parroquias.
Esta iniciativa no solo busca iluminar el espíritu navideño, sino también recordar la importancia de la paz y la esperanza en estos tiempos. La Luz de la Paz de Belén es un símbolo que conecta a miles de personas en todo el mundo, promoviendo valores de amor, fraternidad y solidaridad.
El encuentro de este año también incluyó también un encuentro de un grupo de scouts con los obispos de Galicia en el palacio arzobispal. Santos comenzó saludando a los obispos y entregando la luz, como es tradición anual en este evento. Subrayó la importancia de que los obispos reconocieran a los scouts, destacando que la presencia del movimiento scout varía entre diócesis. Concluyó enfatizando que, a pesar de las diferencias en la presencia regional, es crucial que los obispos sepan que los scouts están presentes y al servicio de la Iglesia.
Por su parte, el arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Prieto, se dirigió a los Scouts de Galicia en nombre de todos los obispos de la región, compartiendo un mensaje de esperanza y fe religiosa. Monseñor Prieto instó a los scouts a ser verdaderos portadores de la fe, recordándoles que «Dios permanece presente y desea nacer en la humanidad». En su mensaje, hizo hincapié en la importancia de seguir un «camino de esperanza» y animó a los jóvenes scouts a convertirse en peregrinos de esperanza, guiados por una luz divina. La exhortación del arzobispo se centró en mantener la fe y la esperanza vivas en sus corazones, con un tono profundamente espiritual y católico. Destacó la responsabilidad de los scouts de llevar el mensaje de amor y paz a sus comunidades, siendo faros de luz en tiempos de oscuridad.
Ya por la tarde, a las 16:30 horas, tuvo lugar una eucaristía y reparto de la Luz de la Paz de Belén en el monasterio de San Paio de Antealtares. Este momento de recogimiento y reflexión permitió a los participantes recibir la luz que simboliza la paz y la esperanza. Aproximadamente a las 17:30 horas, los participantes iniciaron la salida hacia la Plaza del Obradoiro, portando la Luz de la Paz. A continuación, se dio inicio al gesto y canto. Se interpretó la canción «Cómo es posible tanto amor» con la participación de coros parroquiales y músicos, promoviendo un mensaje de amor y unidad a través de la música. Tras el canto, se realizaó la bendición y reparto de la Luz de la Paz de Belén a los presentes en la Plaza del Obradoiro. Posteriormente, se guardó un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de las guerras, la violencia y de Dana. Finalmente, se entonó juntos el canto «Noche de Paz» / «Noite de Paz«. Esta canción evocó la serenidad y la paz del espíritu navideño, cerrando la jornada con una nota de esperanza y unidad.