«La vida contemplativa, cerca de Dios y del dolor del mundo»
«La vida contemplativa, cerca de Dios y del dolor del mundo» es el lema de este año de la Jornada Pro Orantibus, que la Iglesia celebra en la solemnidad de la Santísima Trinidad, el próximo 30 de mayo.
La Iglesia agradece el don de la vida contemplativa y ora por esta vocación específica que embellece el rostro de la Iglesia recoge esta doble vertiente que la caracteriza: «La vida contemplativa, cerca de Dios y del dolor del mundo».
Los obispos de la comisión episcopal para la Vida Consagrada, organizadora de esta Jornada, recuerdan en el mensaje que «este es un año más, pero no un año cualquiera. Estamos atravesando una situación global que ha trastocado fuertemente nuestras vidas». Por ello, subrayan la importancia de la vida contemplativa «que sufre cuando el mundo sufre porque su apartarse del mundo para buscar a Dios es una de las formas más bellas de acercarse a él a través de Él».
Materiales para la Jornada
En los materiales que ofrece la comisión episcopal para la Vida Consagrada, además del mensaje de presentación de la Jornada, se pueden leer varios testimonios de personas consagradas y la homilía del papa Francisco a las monjas contemplativas en un encuentro en Lima (Perú) a las que agradece su labor. Con su vida de oración, tanto comunitaria como personal «renuevan la certeza de saberse hijos de Dios». «La oración -añade el Papa– es el núcleo de vuestra vida consagrada, vuestra vida contemplativa, y es el modo de cultivar la experiencia de amor que sostiene nuestra fe».
CARTA DEL DELEGADO DIOCESANO: 'ENTREMOS EN EL CLAUSTRO'
El próximo domingo la Iglesia celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad y con ella la Jornada “Pro orantibus” dedicada a la oración por los hermanos y hermanas que han consagrado su vida a Dios en la vida contemplativa (los monjes y las monjas). Ellos representan el corazón orante de la Iglesia. “La vida consagrada es una historia de amor apasionado por el Señor y por la humanidad: en la vida contemplativa esta historia se despliega día tras día, a través de la apasionada búsqueda del rostro de Dios, en la relación intima con Él” (Constitución apostólica “Vultum Dei quaerere", sobre la vida contemplativa femenina).
A todos los hermanos de esta iglesia particular de Mondoñedo-Ferrol: sacerdotes, religiosos-as, laicos-as os invito a que entréis en el claustro de nuestros cuatro monasterios de vida contemplativa: Madres Concepcionistas en Mondoñedo y en Viveiro, Hermanas pobres de Santa Clara (Clarisas) en Ribadeo y Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada en Ferrol.
Esta invitación no significa que realicemos una visita turística, ya que los monasterios son lugares de contemplación, silencio y por lo tanto se respetan las normas establecidas de la clausura. Lo que yo desearía es que entrar en los conventos significara que valoremos y seamos agradecidos por esta vocación especifica que tiene un lugar eminente en el cuerpo de Cristo, que conociésemos y admirásemos más el día a día de nuestras hermanas que en la oración, en el trabajo de cada día y en la fraternidad compartida en la comunidad ofrecen su vida a Dios y están atentas desde sus celosías a las llamadas de los rostros sufrientes de sus hermanos que llaman a las puertas de sus conventos y que son las imágenes del Cristo mendigo que se acerca a sus hospederías. Entrar en el claustro supone escucharlas, compartir la caridad fraterna y la oración con ellas.
Son nuestras hermanas que en nuestro mundo herido, donde nos absorben el individualismo y el materialismo, ellas siempre están dispuestas a acoger a todos aquellos hombres y mujeres que con sus penas, tristezas y también esperanza buscan el ungüento del sosiego, del amor y la justicia. Atraviesan los muros de los conventos donde son acogidos los sufrimientos de nuestro mundo: paro, desempleo, soledad, marginación, dolor, miseria, hambre, miedo…
Este año las jornadas tienen una connotación especial ante la situación que ha trastocado nuestras vida a causa de la pandemia que estamos padeciendo, por ello el lema para las mismas es: “La vida contemplativa, cerca de Dios y del dolor del mundo”. Así, se nos ofrece a todos la posibilidad de acercarnos al misterio del Dios que nos invita a practicar la misericordia samaritana siendo signos de la presencia del Reino.
A vosotras hermanas contemplativas: os recuerdo que sois la voz de la Iglesia que incansablemente alaba, agradece y suplica por toda la humanidad, y con vuestras plegarias sois colaboradoras del mismo Dios y apoyo de los miembros de su cuerpo.
A todos los que formamos la Iglesia diocesana, os ruego que tengáis presente en lo más profundo de vuestro corazón las treinta y siete monjas de nuestros conventos en vuestras oraciones, deseando que Dios las bendiga con nuevas vocaciones.
Feliz Jornada "Pro orantibus", con un saludo muy cordial en el Señor Jesús.
Xosé Román Escourido Basanta
Delegado para la Vida Consagrada