El santuario de Saavedra (Begonte) recibió a decenas de fieles en su día grande, en el que las limitaciones sanitarias condicionaron algunas tradiciones
27 de mayo de 2021.- Con un ambiente menos festivo y de menor bullicio que otros años, el entorno del santuario de Saavedra, en Begonte, vivió este lunes el día grande de la virgen de los Milagros, una jornada en la que quedó patente que la fe supera con creces cualquier temor al covid-19.
Así, decenas de fieles llegados desde distintas parte de la comarca chairega y de otros puntos de la provincia —algunos a pie y otros muchos en coche—, se arremolinaban a las puertas del templo begontés para poder escuchar a través de los altavoces las misas que se celebraron a lo largo de toda la jornada, y que tuvieron un aforo limitado —solo tres personas por banco— debido a las restricciones derivadas de la pandemia.
Pero además de haber menos fieles dentro del santuario —que acostumbraba a estar completamente abarrotado en cada una de las celebraciones religiosas—, en el exterior las tradiciones también se vieron empañadas y tuvieron que adaptarse a la nueva normalidad.
A los escasos cuatro puestos de venta ambulante que se ubicaron en el entorno de la iglesia (el Concello prohibió cualquier actividad a excepción de los que tuvieran licencia de camión-tienda), se sumó también la imposibilidad de imponer el santo o dejarlo para que los fieles cumpliesen con la tradición de dar vueltas al templo con él en brazos.
"Nótase que a xente tiña ganas de vir, o ano pasado foi ano perdido —en 2020 se abrió el santuario, pero no se organizaron misas—", explicaba uno de los jóvenes que colaboran con la iglesia en esta tradicional romería, recalcando que, pese a no poder cumplir con muchos de los ritos, los devotos "deixan as limosnas e levan aínda máis estampitas que do habitual como recordo".
Además, puntualizó que en todo momento se trataron de "respectar as distancias e se cumpriron todas as normas tanto dentro como fóra. Non houbo ninguén que non trouxese mascarilla", confirmó.
También en la zona en la que los fieles dejan tradicionalmente las velas encendidas y los exvotos se producían imágenes curiosas con colas para depositar los cirios.
Y es que aunque la pandemia obligue a ser estrictos con las normas, los fieles de los Milagros no podían pasar un año más sin ir a rezarle en su día grande .
Para los que no tuvieron ocasión de acudir todavía, el santuario acogerá nuevas misas en los próximos días, aunque reducidas. Este martes habrá solo una, a las 20.30 horas, suprimiéndose la que se oficiaba por la mañana. El fin de semana, solo habrá misas el domingo a las 10.00, 11.00 y 12.30 horas, una menos de lo habitual, y se eliminan las tres que había en la jornada del sábado.
Fuente: El Progreso