En este artículo se explica el inicio y la experiencia con un vehículo eléctrico 100%, 0 emisiones. Durante años se ha ido viendo e informándose sobre vehículos de todo tipo, eléctricos y alternativos al motor de combustión. Y realizado pruebas de algunos.
En 2020 y meses previos se planteó el cambio de vehículo, probando vehiculos eléctricos existentes; por convencimiento del progreso que suponía, por no dependencia de combustibles fósiles como el petróleo, que además no tenemos en España, por ecología, menos gasto de desplazamiento y mantenimiento, y también con una parte experimental comprobación-demostración de que es posible y funciona, vistas pruebas y experiencias realizadas. Se encontró en el mercado algunos de concesionario, con pocos años o kilómetros, otros nuevos; otros no fue posible probar en ese momento porque a pesar de anunciarse, cuestiones de márketing, tardaban en salir o se retrasaron.
Al final, tocaba decidir y asumir el riesgo. Se buscó un vehículo con cierta autonomía de batería, precio contenido, cierta altura al suelo (importante en zonas rurales), espacio medio, modelo experimentado, etc. Se escogió uno ya matriculado, de batería de 50 kW, una autonomía de 380 kilómetros teóricos. La batería en alquiler, para reducir costes de adquisicion, sin límite de kilómetros para poder circular ampliamente.
Comenzó un periplo no fácil, pero también un reto apasionante. No se pudo cobrar ayuda ninguna porque ya estaba matriculado, faltaba la pegatina de «0 emisiones» en él, por fin la consiguieron… Había que poner un cargador especial en casa y en el concesionario tenían dos empresas asociadas. Ninguna fue posible en los términos anunciados o esperados, por diversas complicaciones. Al final se buscó una empresa con referencias nacionales, al coste estimado. Además se solicitó un pequeño aumento de potencia eléctrica en casa, que implicó también una serie de trámites, pero se logró. Coincidió todo con el inicio de la pandemia y se complicó. Pusieron el cargador, y después de un tiempo funcionando, resultó que a veces fallaba. Tardaron en venir a comprobar, hicieron pruebas. Pusieron una toma de tierra extra, que ya se había sugerido. Este es un problema que puede darse y que hay que testear bien: que la instalación eléctrica y la toma de tierra de la casa, sobre todo si tiene décadas, esté muy bien y cumpla una serie de parámetros, no haya pequeñas fugas o fallos (porque el vehículo al conectarse para cargar testea la conexión eléctrica y si no le da conforme corta la carga para proteger la batería). Esto hizo que cambiaran todo el cargador de pared otra vez, en garantía, inútilmente, y diese fallos durante varios meses, hasta que un ingeniero industrial conocido testeó todo e hizo una reconexión en las cajas eléctricas del edificio y con la toma de tierra; por fin parece que quedó resuelto, bastantes meses después. Los inicios siempre son complicados, pero se aprende.
Mientras tanto, cargar y circular fue una aventura y un reto no quedarse sin batería. El coche no traía cable para carga en un enchufe normal, curiosamente, lo cual lo complicó, porque no pudo cargarse al principio tampoco en un enchufe estándar, más lento pero abundante, que funcionaba en un garaje o edificio. Para colmo, no lo tenían en el concesionario, era caro y hubo que esperar unos meses a que llegase, posiblemente de Francia. Se había salido con el coche cargado del concesionario en Coruña y con todos esos problemas para poder recargar se enfrentaron varios meses en Ferrolterra. Sólo había en un supermercado un cargador y enchufe compatible y sobreviví los primeros tiempos gastando poco, circulando suave, haciendo allí compra y recargando; y cuando veía que bajaba la batería a menos de 100 kilómetros de autonomía, yendo a una gasolinera en Perillo que sí tiene cargador potente o al concesionario, de Coruña, porque en Ferrol tampoco tenían en ese momento… (ahora sí) Los inicios siempre son complicados. Pero se fue solventando.
Hay cosas que se hacen desde la conciencia ecológica, el conocer y creer en la tecnología concreta, la fe en la Divina Providencia, la tenacidad, el asumir y enfrentar riesgos, el buscar a cada problema una solución, a pesar de escepticismos. Sólo así se enfrentan y superan problemas, parte conocidos y los que surgen… y se consigue. El apoyo de la familia y amistad también ayudaron.
En toda la zona noroeste no había mas que algún enchufe en algún hotel, en alguna sede educativa… Por fin, al llegar el cable de carga homologado para enchufe normal, se consiguió empezar a cargar de noche, sobre todo, o también en donde se trabaja. Es lento, pero carga. Meses más tarde se consiguió que funcionase el cargador específico, ya mas rápido (regula y aprovecha toda la energía que no se usa en el edificio), también normalmente de noche. Para el día a día sobra autonomía, y no sólo para ciudad, si no recorridos comarcales o intercomarcales.
Por el medio ya se hicieron los primeros viajes por Galicia, cargando en cargadores rapidos de Coruña, Santiago, Coristanco, Outeiro de Rei, Lugo, Ourense… y se fue a una reunión a Madrid, comprobando cargadores rápidos y potentes, que hay en gasolineras, cerca de las autovías o ciudades. Es posible. Tambien un viaje a Huelva. Sin mayor problema.
Después vendría un viaje por la costa cantábrica hasta Francia. Y vuelta cruzando los Picos de Europa hacia León. Una maravilla subir, las curvas de montaña, centrados en el acelerador y el volante, al no haber caja de cambios; y descender cargando batería y frenando en general con el motor, soltando el acelerador. Estupendamente. El último gran viaje y reto fue a Francia, Bélgica, Alemania y Suiza. Funcionó y se logró con éxito. Suele haber cada 200-300 kilómetros. Lleva más tiempo, que se aprovecha para otras cosas, pero es posible. Se carga a una media de 50 kw. y se hace por aplicaciones de internet, tarjetas o una llave electrónica. A veces son de diversas empresas, pero hay posibilidades asociadas. Viajar largo lleva el doble de tiempo porque no se corre tanto para mantener autonomía, y por las paradas de recarga, aproximadamente una hora y media, aunque se mentaliza uno y se puede aprovechar para otros asuntos de oficina telemática, mantenimiento, oración, restauración, programación, paseo, descanso, etc. Implica un cambio de planteamiento y tiempos, pero es adaptarse. Aunque cada vez hay y habrá vehículos con mas batería y cargadores mas potentes y rápidos (ya hay de 300 kw.).
Por fin, pusieron un cargador rápido en la zona. Para desesperación, ¡tardó mas de un año en funcionar! Que si problemas burocráticos y de permisos, que si la compañía suministradora… Se tramitaron reclamaciones. Por fin funcionó y eso ayuda mucho. Da la posibilidad de recargar rápidamente y salir cargado, o llegar justo y recargar para llegar.
Ahora ha mejorado la situación; ya hay más concesionarios dados de alta en coches eléctricos, con cargadores. Han puesto mas cargadores en gasolineras y lugares de Ferrol, Narón, Villalba, Mondoñedo… ¡aunque con el mismo problema! ¡Pasan meses y meses y no se ponen a funcionar! Algo dantesco. Reclamaciones en Consumo, Defensora del Pueblo… Alguno se va activando.
El territorio de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol en la que trabajo y me muevo, o sea el norte de las provincias de A Coruña y Lugo, son o eran un erial en este tema, y la Iglesia misma haría bien tomarlo en serio, en hacer lo posible, también en infraestructuras básicas que lo faciliten, para su propio personal y usuarios, en edificios de diversos usos, dentro del Cuidado de la Creación y salud que promovemos. Además de las empresas e instituciones publicas promotoras de normas de transición ecológica. Aunque se dan pasos, a veces hay demasiados obstáculos, intereses contrapuestos, postureo, marketing… y estas cosas funcionan de verdad si se toman y efectúan en serio.
El coche eléctrico -van 70.000 kilómetros- funciona muy bien, por lo menos hasta ahora, suave, silencioso, sin humo, sin embrague ni caja de cambios, muy poco mantenimiento (no hay aceite motor, ni distribución, ni la mayoría de los filtros, ni inyectores, ni válvulas, gasta poco los frenos porque frena con el motor -invierte y carga al mismo tiempo-, etc.). Acelera bien, constante, fulgurante si se le pisa (a pesar de tener mas peso, por la batería), no hay cambio de marchas, no se cala nunca (no hay embrague), el par máximo siempre está todo disponible desde el primer momento y en todo el régimen de giro. Además circula sin dejar ningún tipo de humo detrás ni alrededor, es muy interesante para el que circula detrás o pasea al lado; es nefasto lo que a veces hay que respirar de un vehículo que circula delante con mala combustión o quemando aceite. Es también una experiencia cruzar una zona de bosque, un día tranquilo, sin ruido, más que algo el rodar y el viento.
Puede plantearse un pequeño problema porque se oye poco el vehículo, que personas o animales no lo oigan venir. El vehículo tiene un zumbido que emite cuando va a menos de 30 km/h. Para advertir, en zonas con peatones. Para cruzar, de todas formas, un peatón siempre debe mirar antes, nunca de oído, que puede ser causa de un accidente. A veces se oyen cosas como que habría que ponerles ruido al coche eléctrico, como un coche normal…; sólo faltaría ponerle humo también, y nos cargamos dos de sus ventajas. Circulando si se ve un peatón despistado o con riesgo se solventa o previene con un toque de bocina, igual que con un gato o un ave.
Por cierto, nunca se he quedado sin nada de electricidad para llegar, aunque alguna vez justo (se solventaría llamando a la grúa). En el cuadro se ven los kilómetros que se pueden hacer con la carga de batería que queda, y depende también cómo se está circulando, la autonomía. Donde menos gasta es en ciudad y en carreteras convencionales, y donde más en autovías, a más velocidad. Es importante, eso sí, disponer de un garaje o patio donde poner el cargador.
Para los que se vayan incorporando a estos vehículos, va a ser, de todas formas, cada vez más fácil y disponible, sin la mayor parte de los imprevistos que aquí se narran, cada vez mas experimentados y normalizados, esperando que vaya siendo más abundante la oferta y más asequible. Lo mejor, probarlos para saber cómo funcionan. Vale la pena de verdad.
Buena movilidad y Dios providente nos guie.
José Rey Kochinke
Delegado de Pastoral de la Carretera