En la tarde de ayer miércoles, día 15 de enero, en el monasterio de la Concepción de Mondoñedo, sor María Rosa se durmió en el Señor y con la humildad, pequeñez y pobreza evangélica ha partido a la casa del Padre.
Sor María Rosa Casais Iglesias nació hace 89 años en Santiago de Compostela y fue bautizada en la parroquia de la Peregrina. A los 17 años sintió la llamada del Señor para vivir consagrada en el silencio y en la plegaria de la vida contemplativa dedicada a Dios como amor supremo. Dejando atrás las tierras del Apóstol, ingresó en el monasterio de la ciudad episcopal. Su primera profesión tuvo lugar el 18 de agosto de 1955 y los votos perpetuos el 18 de agosto del 1958. Entregada a Dios, desempeñó en la comunidad los oficios de enfermera y portera, y labores y cargos como vicaria, consejera y abadesa.
Sor Rosa transmitía paz, disponibilidad, servicio, todo ello propio de una mujer contemplativa y consagrada a Dios como hija de san Francisco y santa Beatriz de Silva, viviendo en la pobreza a ejemplo de Jesucristo en el pesebre y en la cruz. La devoción a la Virgen Inmaculada era el afán de imitarla en la fidelidad a Padre, en el Hijo Jesús y acogiendo constantemente en su vida al Espíritu Santo.
Hoy sor Rosa nos deja un legado que es el testimonio de una vida de fraternidad y de comunión, de oración y de servicio atento y diligente, acogiendo a las hermanas de la comunidad y a todo los que se acercaban al monasterio buscando un espacio de paz y de contacto con Dios.
Alabado seas, mi Señor. ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios! Agradeced sus dones, cantad su creación. Las criaturas todas, load a mi Señor.
Hoy jueves 16, a las 16:45 horas tendrá lugar en la iglesia del monasterio la celebración litúrgica de las exequias cristianas. Que descanse en paz, sor Rosa.
Reseña preparada por la delegación diocesana de Vida Consagrada