«Caminando en esperanza». Este es el lema con el que la Iglesia celebra el 2 de febrero la Jornada de la Vida Consagrada, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor. «Un día especial para pararse a valorar y agradecer el don de la vida consagrada tal y como el Espíritu la va suscitando en la Iglesia de cada tiempo«, como destacan los obispos de la comisión episcopal para la Vida Consagrada en su mensaje para este día.
Con motivo de esta Jornada, se ha organizado un coloquio en torno al tema de este año. Tendrá lugar el martes 31 de enero y se pondrá seguir online (se facilitará el enlace de la emisión) de las 16.30 a las 18.30 horas. Intervendrán el Hn. José Carlos Bermejo, religioso camilo; la Hna. Marta Gonzaléz, benedictina del monasterio de Sahagún; y Mercedes Luján, virgen consagrada de la diócesis de Valladolid. La actual directora de la revista «Ecclesia», Silvia Rozas, actuará de moderadora.
Otros materiales de la Jornada de la Vida Consagrada
Además del mensaje de los obispos, esta comisión ha editado un material para facilitar la reflexión en torno a esta Jornada. Incluye testimonios de vida contemplativa; vida religiosa apostólica; de institutos seculares; del orden de vírgenes consagradas; y de nuevas formas de vida consagrada. Además, de unos textos para orar y la oración para la Jornada. Este material se completa con dos subsidios litúrgicos, para el celebrante y para el monitor, y una estampa con la imagen de la campaña de este año y una oración.
Cartel en castellano
Mensaje de los obispos
Folleto con presentación, testimonios, textos para orar y gustar y oración para la Jornada
Subsidio: celebrante y monitor
Estampa: castellano
¿Cuál es el mensaje de los obispos?
«Cada mañana trae su propio camino» y «solo puede aventurarse en él sin extraviarse quien lo afronta bajo el signo de la esperanza en Jesús resucitado«. Con estas palabras los obispos de la comisión episcopal para la Vida Consagrada sintetizan el lema de ese año, «Caminado en esperanza», que también conecta con el Sínodo 2021-2024.
«Caminando -explican- es un gerundio que hace referencia a una acción continua y persistente, que no se cansa ni se detiene, que conlleva paciencia y tesón«. En esperanza, «indica un modo muy concreto de llevar adelante dicha acción a través de la virtud cristiana más necesaria para quien desea vivir en marcha y volcado hacia el futuro que hemos de construir todos los miembros de la Iglesia unidos».
La Jornada de este año invita a contemplar «el talante y el horizonte» de los que se consagran a Dios «caminando en esperanza» para «ser cada día apóstoles del reino, levadura en la masa, semilla en la tierra, sal en el guiso y candelero en lo alto».
«Dios, su desde, en y hacia dónde», «los hermanos, su con quién» y «los empobrecidos, su para qué».
Las personas consagradas tratan de confiar caminando en esperanza «aun cuando no tienen, como su maestro, dónde reclinar la cabeza» porque «Dios es su desde, en y hacia dónde». Tratan de compartir caminando en esperanza «aun cuando no llevan bastón ni alforja ni una capa o túnica de sobra» porque «los hermanos son su con quién». Y tratan de acompañar caminando en esperanza, «aun cuando no consiguen más que un par de monedas que echar en la ofrenda del templo» porque «los empobrecidos son su para qué».
«Un paso detrás de otro con «determinada determinación»
«Para ir lejos -advierten los obispos- hay que dar un paso detrás de otro con «determinada determinación». Y hay que hacerlo cada día con ánimo esperanzado» siguiendo el ejemplo del anciano Simeón y la profetisa Ana que «supieron sembrar con paciencia y recoger con gratitud, servir calladamente y cantar de júbilo, esperar a que el Mesías se abriera camino hasta ellos y caminar compartiendo con todos la esperanza del Señor«.
En el espejo de Simeón y Ana «se mira hoy toda la vida consagrada, consciente del momento que vive y alentada por el deseo de sumarse al compás sinodal de la Iglesia «caminando en esperanza». Y en su figura se reconoce «el rostro de tantos consagrados y consagradas que caminan sinodalmente en esperanza».
«Demos gracias a Dios por la luz que nos llega a través de su vocación entregada y elevemos nuestra oración por la humanidad sufriente, para que llegue el día en que los ojos de todos contemplen a su Salvador», concluyen los obispos su mensaje.
Carta del delegado diocesano y actos en Mondoñedo-Ferrol
«El próximo día 2 de febrero celebramos la solemnidad de la Presentación del Señor y la XXVII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, «un día especial para pararse a valorar agradecer el don de la vida consagrada tal y como el Espíritu la va suscitando en la Iglesia de cada tiempo» (Mensaje de la CEVC).
Con motivo de esta Jornada de la Vida Consagrada se ha organizado un coloquio en torno al tema de este año. Tendrá lugar el martes día 31 de enero y se podrá seguir online (se facilitará el enlace de la emisión) de las 16.30 a las 18.30 horas. Intervendrán el hermano José Carlos Bermejo, religioso Camilo; la hermana Marta González, benedictina del monasterio de Sahagún; y Mercedes Luján, virgen consagrada de la diócesis de Valladolid. La directora de la Revista Ecclesia, Silvia Rozas, actuará de moderadora.
En nuestra diócesis de Mondoñedo-Ferrol tendremos dos celebraciones especialmente importantes, que serán presididas por nuestro obispo Fernando García Cadiñanos. El miércoles, 1 de febrero en la Concatedral de San Xiao de Ferrol a las 19:00 horas; y el jueves, día 2, en el monasterio de las hermanas Clarisas de Ribadeo, también a las 19:00 horas. Una invitación especial a todos a participar, en especial a los religiosos, religiosas y sacerdotes».
Xosé Román Escourido Basanta
Delegado Diocesano
Escrito del presidente de la CONFER de Mondoñedo-Ferrol
La Jornada Mundial de la Vida Consagrada es la ocasión en que todas las comunidades religiosas, tanto de vida activa como de vida contemplativa, recordamos nuestro deseo de seguir caminando en esperanza. Alentados por la sabiduría acumulada en el pasado y conscientes de los desafíos del futuro, caminamos sobre todo con la mirada puesta en el presente de cada día, donde nos encontramos con el Resucitado caminando a nuestro lado. Él es la verdadera fuente de nuestra pasión por Dios y por la humanidad. Él sigue vivo en medio del pueblo, enseñando, sanando y llamando a estar con él y a seguirle. Esta identidad propia de la vida consagrada se hace realidad también en la diócesis de Mondoñedo Ferrol. Una presencia que continúa ofreciendo horizontes de sentido y vida auténtica a la infancia, la juventud, a la ancianidad, a los más necesitados, en medio de las ciudades y en el entorno rural, a través de la parroquia, la escuela, el centro de atención social o el convento. Un humilde servicio realizado desde el trato personal y comunitario, en misión compartida con la iglesia que acompaña al pueblo de Dios, en esta tierra gallega. Las comunidades religiosas de la diócesis se resisten a claudicar ante las dificultades y límites propios de esta época de la historia y del momento eclesial que vivimos. Sentimos la llamada del Espíritu que quiere alumbrar nueva vida, por eso afrontamos el futuro con esperanza, con el corazón agradecido por la vocación recibida y con la confianza de quien se sabe mirado por el Señor en su humillación (Lc 1, 48).
P. Alberto Abelenda, CMF