Un precioso regalo

Escrito del obispo en la Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2022

El inicio del mes de febrero nos permite celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Con el recuerdo de aquellos dos ancianos que acogieron al Señor que era presentado en el templo de Jerusalén, reconocemos en este “hoy” de nuestra historia la cercanía de Dios que viene a nuestro encuentro en la luz que significáis cada uno de vosotros y vuestras comunidades.

Con toda nuestra Iglesia diocesana quiero dar gracias a Dios por vuestra llamada que ha sido respondida con enorme generosidad y entrega. Cada uno de vosotros significáis uno de esos milagros que el Señor continuamente realiza en la historia. En la fragilidad y debilidad de vuestra vida, con el barro que ensucia nuestras existencias, habéis respondido generosamente a la llamada que un día el Señor os hizo. Sois expresión concreta y cercana del diálogo continuo que Dios no se cansa de realizar con su pueblo y con cada uno de nosotros. La vocación a la vida consagrada es llamada y respuesta, es obra de la gracia de Dios y disponibilidad humana, es don y tarea, es ideal y es propuesta de vida.

Junto a ello, quiero dar gracias a Dios por vuestro testimonio comunitario en medio de nuestro pueblo. Prácticamente he podido visitaros en estos meses que llevo entre vosotros a las veintisiete comunidades religiosas que ilumináis nuestra tierra de Mondoñedo-Ferrol. También en la debilidad que tanto le gusta a Dios, sois espacios comunitarios muy significativos en los lugares donde os encontráis. Desde vuestro carisma específico, enriquecéis al conjunto y reveláis la grandeza del ser y de la misión de la Iglesia. Con vuestro testimonio de vida contemplativa, con vuestra entrega en la educación integral de nuestros niños y jóvenes, con vuestra acción social a favor de los más desfavorecidos, con vuestro compromiso en la acción pastoral de nuestras parroquias… ilumináis y embellecéis nuestra Iglesia y nuestra sociedad. Los valores que tratáis de encarnar de acogida, de trascendencia, de misericordia…  resumidos en los votos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, son provocación y buena noticia para nuestro mundo.

Por eso os convertís en un auténtico regalo maravilloso que Dios, en su infinito amor, nos sigue haciendo. Uno de esos regalos que nunca faltará a su Iglesia y que, por desgracia, quizás no sabemos apreciar, valorar y enseñar. Un regalo que es preciso conocer para poder querer más. Un conocimiento al que, sin duda, nos ayuda nuestro proceso sinodal.

“Caminando juntos” estamos en estos meses haciendo experiencia sinodal. Acogiendo la invitación del papa Francisco queremos ponernos a la escucha del Espíritu que hoy nos sigue hablando. Lo queremos hacer en clave de conversión pastoral, que nos permita engendrar unas comunidades más vivas, más misioneras, más participativas…

Comunión, misión, participación, son algunas de las claves que nos mueven en este proceso y que para vosotros resultan tan familiares. En el seno de vuestras comunidades y congregaciones vivís desde el espíritu de comunión que refleja la unidad trinitaria; favorecéis la participación de todos y cada uno en lo que ha de ser obra de todos; os situáis en perspectiva de misión que da sentido a la entrega y a la vocación. Desde la comunión y la participación para la misión vivís vuestra experiencia eclesial que nos ayuda a afrontar el futuro con esperanza. Como dicen nuestros obispos en el mensaje para esta jornada, “soñando, rezando y participando juntos, contribuís decisivamente para que la Iglesia sinodal no sea un espejismo sino un verdadero sueño que pueda hacerse realidad”.

Con la fortaleza que nos dan estas raíces y vuestros rostros felices sigamos sembrando y construyendo el Reino de Dios, en la confianza de sabernos en las manos de nuestro Padre. Despertemos y profundicemos en la radicalidad que sea capaz de atraer. Abrámonos a la riqueza mutua de los diferentes carismas que nos ayude a profundizar en el propio, para bien de todos.
 

GALEGO

O inicio do mes de febreiro permítenos celebrar a Xornada Mundial da Vida Consagrada. Co recordo daqueles dous anciáns que acolleron ao Señor que era presentado no templo de Xerusalén, recoñecemos neste “hoxe” da nosa historia a proximidade de Deus que vén ao noso encontro na luz que significades cada un de vós e as vosas comunidades.

Con toda nosa Igrexa diocesana quero dar grazas a deus pola vosa chamada que foi respondida con enorme xenerosidade e entrega. Cada un de vós significades un deses milagres que o Señor continuamente realiza na historia. Na fraxilidade e debilidade da vosa vida, co barro que ensucia as nosas existencias, respondestes xenerosamente á chamada que un día o Señor vos fixo. Sodes expresión concreta e próxima do diálogo continuo que Deus non se cansa de realizar co seu pobo e con cada un de nós. A vocación á vida consagrada é chamada e resposta, é obra da graza de Deus e dispoñibilidade humana, é don e tarefa, é ideal e é proposta de vida.

Xunto a iso, quero dar grazas a deus polo voso testemuño comunitario no medio do noso pobo. Practicamente puiden visitarvos nestes meses que levo entre vós ás vinte e sete comunidades relixiosas que iluminades a nosa terra de Mondoñedo-Ferrol. Tamén na debilidade que tanto lle gusta a Deus, sodes espazos comunitarios moi significativos nos lugares onde vos atopades. Desde o voso carisma específico, enriquecedes ao conxunto e revelades a grandeza do ser e da misión da Igrexa. Co voso testemuño de vida contemplativa, coa vosa entrega na educación integral dos nosos nenos e novos, coa vosa acción social a favor dos máis desfavorecidos, co voso compromiso na acción pastoral das nosas parroquias… iluminades e embelecedes a nosa Igrexa e a nosa sociedade. Os valores que tratades de encarnar de acollida, de transcendencia, de misericordia… resumidos nos votos  evanxélicos de pobreza, castidade e obediencia, son provocación e boa noticia para o noso mundo.

Por iso convertédesvos nun auténtico agasallo marabilloso que Deus, no seu infinito amor, séguenos facendo. Un deses agasallos que nunca faltará á súa Igrexa e que, por desgraza, quizais non sabemos apreciar, valorar e ensinar. Un agasallo que é preciso coñecer para poder querer máis. Un coñecemento ao que, sen dúbida, nos axuda o noso proceso sinodal.

“Camiñando xuntos” estamos nestes meses facendo experiencia sinodal. Acollendo a invitación do papa Francisco queremos poñernos á escoita do Espírito que hoxe nos segue falando. Querémolo facer en clave de conversión pastoral, que nos permita procrear unhas comunidades máis vivas, máis misioneiras, máis participativas…

Comuñón, misión, participación, son algunhas das claves que nos moven neste proceso e que para vós resultan tan familiares. No seo das vosas comunidades e congregacións vivides desde o espírito de comuñón que reflicte a unidade trinitaria; favorecedes a participación de todos e cada un no que ha de ser obra de todos; situádesvos en perspectiva de misión que dá sentido á entrega e á vocación. Desde a comuñón e a participación para a misión vivides a vosa experiencia eclesial que nos axuda a afrontar o futuro con esperanza. Como din os nosos bispos na mensaxe para esta xornada, “soñando, rezando e participando xuntos, contribuides decisivamente para que a Igrexa sinodal non sexa un espellismo senón un verdadeiro soño que poida facerse realidade”.

Coa fortaleza que nos dan estas raíces e os vosos rostros felices, sigamos sementando e construíndo o Reino de Deus, na confianza de sabernos nas mans do noso Pai. Despertemos e profundemos na  radicalidade que sexa capaz de atraer. Abrámonos á riqueza mutua dos diferentes carismas que nos axude a profundar no propio, para ben de todos.

 

«La vocación a la vida consagrada es llamada y respuesta, es obra de la gracia de Dios y disponibilidad humana, es don y tarea, es ideal y es propuesta de vida»

Artículos relacionados

Síguenos

5,484FansMe gusta
4,606SeguidoresSeguir
1,230SuscriptoresSuscribirte

Últimas publicaciones

Etiquetas