Para orar cada día

34ª Semana del Tiempo Ordinario
Martes 28 de noviembre de 2023. Festividad de San Rufo
Comentarios de las MM. Concepcionistas Franciscanas de Viveiro

«No quedará piedra sobre piedra»

Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».

Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato». Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo».


Comentario

Comenzamos hoy la lectura del último discurso de Jesús. Se trata de un pasaje extremadamente oscuro en el que están mezcladas dos perspectivas: el fin de Jerusalén y el fin del mundo. Los judíos creían que un día la historia terminará y algunos pensaban que ese momento último era inminente. Por eso preguntan: ¿Cuándo va a ser eso? El lenguaje de Jesús es difícil de comprender. Hemos de superar las imágenes para captar su sentido universal, válido para todos los tiempos. “Jesús les dijo: Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”. Es el símbolo de la fragilidad y de la caducidad de todas las más hermosas obras humanas.

Los más bellos edificios de las personas se construyen sobre las ruinas de otros edificios destruidos. Se nos invita a meditar sobre la fragilidad de todas las cosas, sobre mi fragilidad, sobre la brevedad de la belleza, de la vida. Hay que saber mirar de frente esa realidad, siguiendo la invitación de Jesús: “todo será destruido”.

Los discípulos nos representan muy bien, junto a Jesús. Ellos le proponen la pregunta que nos hacemos hoy. Querríamos saber también el día y la señal. Hay que vivir día a día sin saber la fecha, sin dejarse amedrentar por los hechos aterradores de la historia. Llegará el fin de la historia, aunque no está cercano. En ese final brillará la generosidad de la viuda y se apagará la gloria del templo de Jerusalén, vencerá el amor y la vida, morirá el egoísmo y la misma muerte.


Preguntas para reflexionar

¿Qué sentimiento nos produce el evangelio de hoy? ¿Sentimiento de miedo o de paz? ¿Qué responder a los que dicen que el fin del mundo está cerca? ¿Qué es lo que hoy anima a la gente a resistir y tener esperanza?


Oración

Señor, gracias por el gran regalo de la esperanza.
Ayúdanos a distinguir las cosas verdaderamente importantes.
Danos fuerza para trabajar por las causas que permanecen.