Para orar cada día

4ª Semana del Tiempo de Pascua
Miércoles 24 de abril de 2024. Festividad de San Benito Menni
Comentarios del sacerdote diocesano Óscar Fernández Expósito

«El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado»

Juan 12, 44-50

En aquel tiempo, Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí».


Comentario

Crer en Xesús implica crer no Pai que o enviou. Son inseparables. Deus invisible fáisenos accesible e cercano na persoa de Xesús, que veu a este mundo como luz. É a luz da Palabra eterna que ilumina a todo ser humano. As palabras do evanxeo de hoxe son das últimas que Xesús pronuncia antes de “ocultarse” ao mundo. O tempo da vida terrena do Mesías foron limitados. Uns aproveitárono é outros non. El permanece para sempre, pero doutra maneira, a través do Espírito. Tamén nós debemos deixarnos iluminar cada día por el. Niso váisenos a vida, case literalmente. É o que marca a diferencia de ter triunfado na vida ou ter fracasado, desde os criterios divinos, non desde os humanos. Dese xeito, a Palabra xustifícanos, en vez de desvelar a nosa falta de xustiza. 


Para reflexionar

«Necesitamos de esta luz que viene de lo alto para responder con coherencia a la vocación que hemos recibido. Para la Iglesia ser misionera equivale a dejarse iluminar por Dios y reflejar su luz» (Francisco).


Oración

Ti tés palabras de vida eterna. Axúdanos, Señor, a acoller os teus mandatos para ter Vida en plenitude e alcanzar a resurrección.