Con la solemne entrada de Fernando García Cadiñanos en la diócesis de Mondoñedo, celebrada el pasado 4 de septiembre, se llega al cuarto burgalés que en los últimos 200 años ha ocupado la cabeza de esta antiquísima sede gallega. En el tránsito entre la Edad Moderna y la Edad Contemporánea, llegó a esta ciudad como prelado Francisco López Borricón. Nacido en Hornillayuso en la Merindad de Sotoscueva en 1776 y formado en el Seminario de El Burgo de Osma, fue promovido como obispo mindoniense en 1827. Destacó por sus buenas relaciones con el Cabildo, no siempre habituales en aquellos tiempos, y promovió algunas notables reformas como la de acabar con la práctica de enterrar en el interior de las parroquias. Durante su episcopado una grave epidemia de cólera asoló estos territorios estando muy involucrado en la asistencia a los enfermos. Falleció en 1840 siendo enterrado en la capilla catedralicia del Sacramento.
Mediado el siglo XIX, en 1857, tomó posesión de la diócesis Ponciano de Arciniega que había nacido en la localidad burgalesa de Herrán en 1805. Formado en los seminarios de Burgos y Toledo, se especializó en Derecho Canónico donde llegaría a ser una autoridad. Tras un paso por Mondoñedo como canónigo, se trasladó a Madrid y Toledo hasta su promoción como obispo mindoniense. De carácter afable y comunicativo, desarrolló una intensa y cercana labor pastoral, falleciendo en el convulso año de 1868.
Manuel Palacios López, había nacido en Burgos en 1818 y era sobrino del obispo Francisco López Borricón, con quien se trasladó a Mondoñedo, en cuyo seminario se formó. Fue predicador de la reina Isabel II, llegando a ser más tarde canónigo en la catedral mindoniense y deán en Santiago de Compostela, siendo elevado al rango de obispo de Mondoñedo en 1877. Aunque, en principio, por su humildad quiso renunciar a este cargo, finalmente lo aceptó. Hombre de preocupación social y acendrada caridad dejó un buen recuerdo en su diócesis tras su muerte en 1885.
Estos tres prelados de orígenes burgaleses imprimieron huella en esta sede gallega en el complejo siglo XIX. Tres obispos de nuestras tierras que, sin duda, tendrán un magnífico sucesor en García Cadiñanos que pronto comenzará a dejar impronta en aquella bella diócesis marinera y campesina.
René Payo
Artículo publicado en la edición digital de El Diario de Burgos el 7 de septiembre de 2021
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“Tres obispos de nuestras tierras que, sin duda, tendrán un magnífico sucesor en García Cadiñanos que pronto comenzará a dejar impronta en aquella bella diócesis marinera y campesina”