«Somos unha axencia de colocación». Así resume Cristina Pereiro Paz en qué consiste una parte de su trabajo como coordinadora de acción social de Cáritas. Junto a Marta Pazo, secretaria general de la organización humanitaria de la Iglesia, se encarga de integrar en la sociedad a las personas en situación de vulnerabilidad que acuden a las parroquias en busca de ayuda, tanto para comer como para encontrar trabajo. Buena parte de ellas son migrantes, algunas en situación administrativa irregular.
La entidad impulsa un programa de empleo que ha beneficiado hasta ahora a 252 personas y en el que colaboran 40 empresas de la comarca, que buscan refuerzos para sus plantillas entre el colectivo de extranjeros a la vista de las dificultades que tienen para encontrar mano de obra local.
Cristina Pereiro trabaja codo con codo con las compañías para conseguir que les den una oportunidad laboral a los colectivos más desfavorecidos.
El programa de empleo de Cáritas en la Diócesis Mondoñedo-Ferrol consta de la modalidad de formación en el puesto de trabajo, que consiste en el aprendizaje de un oficio «como se facía antes, na propia empresa». La coordinadora de acción social explica que «o migrante está na compañía durante un mes e aprende un oficio, é unha modalidade que vemos que está resultando moi interesante porque permite tamén á propia empresa, si está satisfeita, contratala». El programa de empleo incluye otra opción: la realización de cursos teóricos con prácticas en empresas. Como los de reforma de interiores, silvicultura y el sociosanitario, que está ahora en marcha.
El porcentaje de inserción laboral de estas modalidades es elevada, sobre todo la primera. De hecho, el año pasado accedieron a un empleo 51 participantes.
Cáritas también trabaja desde el año pasado en un proyecto, en colaboración con la Xunta, que se denomina arraigo por formación «que lle permite a unha persoa que leva dous anos en España formarse en determinado sector e conseguir regularizar a súa situación se consegue un contrato laboral dun determinado tipo nese sector no que se formou», aclara Cristina Pereiro. Gracias a esa iniciativa, 24 personas regularizaron su situación.
Cristina Pereiro aclara que ese programa de arraigo por formación estaba orientado a formaciones regladas. Sin embargo, el convenio con la Xunta introduce las denominadas microcredenciales. «O que facemos é, coas persoas que cumpren eses requisitos de dous anos de estadía continuada no país, unha formación no posto de traballo que logo a propia Xunta nos valida. A persoa se forma na empresa durante 170 horas cobrando o salario mínimo interprofesional», detalla la coordinadora de Cáritas.
El año pasado, ese programa contó con diez plazas y el 100 % consiguió insertarse en esas empresas en las que se formaron. La iniciativa continuará este ejercicio con 16 puestos más.
Antes de intentar integrarlos, el equipo de Cáritas realiza un trabajo previo con los migrantes para conocer sus habilidades y competencias personales y profesionales para comprobar que van a encajar en el perfil. Además, «aseguramos tamén un acompañamento social, traballamos con persoas en situación de vulnerabilidade e, por tanto, nos aseguramos de que as súas necesidades básicas estén cubertas para que a persoa se poida centrar na formación».
Colaboración estrecha
La colaboración de Cáritas con el tejido empresarial es estrecha. Cristina Pereiro explica que «moitas veces recibimos as chamadas das propias empresas que están buscando xente, pero tamén contactamos con elas para determinados perfiles que poden encaixar e establecer liñas de colaboración na formación no posto de traballo, para integralas no noso programa, e que nos coñezan».
Empleo doméstico, construcción y sector sociosanitario
Cristina no está sola en ese programa de empleo. Ni mucho menos. Hay también una persona que se encarga de la formación prelaboral y de conocer las competencias personales del candidato; otra se encarga de la formación, otra es el contacto con las empresas y se encarga de la intermediación; y el equipo se completa con una abogada especializada en asuntos de extranjería.
Las personas sin trabajo que llegan a ese equipo lo hacen derivadas de las parroquias. «Cando nos chegan, vemos as súas habilidades persoais, as competencias, vemos se pode acceder a unha formación. Cando nos chega unha oferta de traballo tiramos desa bolsa de persoas coas que xa traballamos», aclara la coordinadora de acción social de la organización humanitaria. Pereiro añade que «nos gusta antes de facer unha intermediación saber se esa persoa está preparada para dar ese paso, que non sempre é así, e coñecer en profundidade ás persoas e non facer unha intermediación sin máis».
El programa de empleo de Cáritas beneficia a personas en situación administrativa irregular, solicitantes de asilo «ou xente de aquí que leva tempo desempregada», aclara Pereiro.
Los sectores que más trabajadores demandan a Cáritas son los de empleo doméstico, construcción y sociosanitario.
Muchas de las personas migrantes tienen formación superior en su país, pero sus estudios no están homologados en España. Por eso, no abundan los candidatos cualificados. Pero los hay: «Temos a dúas persoas en formación no posto de traballo nunha inxeniería».